Es una estrategia dictada desde la capital del país: socavar a las instituciones que le dan sustento a la democracia, derrumbar el puente que le permitió a Morena arribar al Poder, para que nadie pueda llegar a desplazarlos, al menos por la misma ruta.

Hasta ahora, las posibilidades del partido en el poder para mantenerse por un buen tiempo con el control del país, eran consideradas muy amplias, pues aunque un buen sector de la sociedad mostraba ya su desencanto, las otras opciones, la oposición, había tomado por rumbos distintos, se había disgregado, y de esa forma difícilmente podrían materializar un personaje, una propuesta que le hiciera sombra a Morena.

Y sin embargo, el milagro está a punto de suceder.

Precisamente ese afán de Andrés Manuel López Obrador de avasallar a sus contrarios, lo está llevando a incurrir en excesos que, de manera natural, han ido uniendo a las fuerzas opositoras.

Este lunes las dirigencias (nacional y estatal) de los tres partidos más añejos y con mayor estructura en el país (PRI, PAN y PRD) unieron sus voces para protestar contra las propuestas de reforma a la Constitución de Veracruz, presentadas por la bancada de Morena y que, “pretenden violentar la estructura democrática y

constitucional del Estado”.

El documento firmado por los tres partidos políticos advierte que el paquete de reformas que presentó Morena no es producto de un análisis planteado a la sociedad, sino un traje a la medida de los intereses del partido que hoy gobierna Veracruz.

“Una reforma electoral, conteniendo temas solamente discutidos y analizados hacia el interior de dicha fracción, como son: el voto electrónico, la consulta popular que impedirá a la postre la revocación del mandato para servidores públicos de elección popular, la modificación estructural del Organismo Público Local Electoral, sus Consejos Distritales y Municipales, entre otros, que no hacen más que reflejar la verdadera intención del partido en el poder federal y estatal, que es la de dinamitar la estructura democrática y de representación mediante la cual accedieron al poder e indudablemente buscan proteger al titular del Ejecutivo Estatal”.

Desde la óptica de la fuerza opositora, la iniciativa de reforma “carece de un verdadero análisis que permita garantizar los principios rectores de la materia electoral, y por el contrario, el gobierno de Morena, aprovecha el problema de salud del Covid-19 para que le aprueben un traje a la medida vía ‘fast track’ desde el Congreso del Estado”.

Una respuesta tan firme, una postura de unidad como la mostrada por estos tres partidos políticos, no es espontánea. En busca de ganarse la simpatía ciudadana, legisladores de Morena han iniciado una campaña en la que critican a los partidos de oposición de resistirse a que se vean reducidas sus prerrogativas (esto es, lo que el gobierno le asigna, de los fondos públicos, a cada partido político) y aprovechando la actual crisis sanitaria hacen cuentas alegres sobre todo lo que se pudiera mejorar en materia de salud con lo que se les quitaría a los partidos.

Para ello PRI, PAN y PRD también tuvieron respuesta:

“Resulta totalmente falso que la reforma planteada atienda los criterios de justicia social y el uso correcto de los recursos públicos aplicando disciplina, racionalidad y austeridad republicana, cuando es público y notorio que quienes se desempeñan actualmente como servidores públicos han sido denunciados por actos de nepotismo, tráfico de influencias y desvío de recursos y por la falta de capacidad para ejercer los recursos de los veracruzanos, prueba de ello, los 3 mil 284 illones de pesos que regresaron a la Federación”.

La perrita era mansa y por lo mismo creyeron que podían darle de palos todo el tiempo… un día se cansó y tiró la primera tarascada.

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