Hoy que MORENA está en el poder, no son pocos los dirigentes de rancho que reclaman derechos de sangre, derechos de fundación, derechos de pureza política que en realidad no existen.

 Tan solo hay que recordar que la enorme votación del 2018 que hizo llegar a Palacio Nacional a Andrés Manuel López Obrador no fue exclusivamente de seguidores de MORENA y mucho menos de afiliados, pues en ese entonces su padrón no era ni de lejos lo que es hoy. Es más, actualmente no se sabe bien a bien si MORENA tiene un padrón confiable y actualizado.

 Así que eso de que algunos no merecen ser candidatos por el hecho de haber militado en algún otro partido es tan solo una manera de golpear política y mediáticamente a quienes se mencionan como posibles candidatos.

 Habría que recordar que los genes del actual MORENA vienen de la izquierda mexicana, una izquierda que no ha sido un ejemplo de unidad, ni de virtudes, ni de honestidad; pero también vienen de la derecha y del centro político; vaya, una amalgama amorfa que dio resultado al movimiento. Por ello en sus orígenes no se le llamó partido político sino Movimiento de Regeneración Nacional y se compuso de muchos políticos que no estaban de acuerdo con lo que pasaba en el país y en sus propios partidos.

 Empezando por Andrés Manuel López Obrador, quien en su tiempo por las intromisiones e imposiciones políticas del entonces gobernador de Tabasco, Salvador Neme Castillo, renunció al PRI y quemó la bandera priísta en el propio edificio tricolor. De allí se alistó en las filas del PRD, donde tampoco estuvo de acuerdo con los cacicazgos políticos de los “Chuchos” y los radicales comunistas.

 Otro ejemplo: Marcelo Ebrard, ex secretario general del PRI en el DF, que obtuvo varios cargos políticos bajo esas siglas antes de renunciar al tricolor y ser cachado -por algo sería- por el PRD quien lo llevó con el voto popular al gobierno de la CDMX y que igual que López Obrador no aguantó la corrupción de los ‘Chuchos’ y ‘los Zambrano’.

 Y ni hablar de Manuel Bartlett Díaz, exgobenador de Puebla y secretario general del CEN del PRI, secretario de despacho en Gobernación y Educación en los tiempos del más liberal de todos los priistas Carlos Salinas de Gortari, por quien hizo caer el Sistema Electoral e hizo perder la presidencia a Cuauhtémoc Cárdenas del PRD, pero también expriista, junto con Porfirio Muñoz Ledo y fundadores del partido de la revolución democrática.

 O del senador Ricardo Monreal Ávila, quien luego de 23 años de ser priista, dos veces diputado federal y Senador y ocupar cargos importantes en el CEN y en la CNC, renunció al tricolor para ganar la gubernatura de Zacatecas por el PRD.

 Estos nombres son solo algunos casos, algunos botones de muestra. Son políticos que se hastiaron como la mayoría de mexicanos de la ‘democracia imperial’ dictada desde Palacio Nacional y desde Los Pinos o como en alguna ocasión dijera el escritor Vargas Llosa del caso México ‘La dictadura perfecta’, democracia imperial apuntalada desde la derecha por el PAN y desde a izquierda por el PRD que entre los tres fueron capaces de dejar que se acumularan en el país más de 60 millones de mexicanos en pobreza extrema y beneficiar a los bancos con un Fobaproa, sacarse de la manga impuestos como el IVA y las tenencias vehiculares, permitir genocidios como los de Tlatelolco y Aguas Blancas, vender al mejor postor empresas del gobierno por improductivas como TELMEX que luego por arte de magia se convirtieron en empresas de clase mundial; que permitieron fraudes espectaculares que llevaron a la presidencia a Carlos Salinas de Gortari, Vicente Fox y Felipe Calderón.

 Todo ese hartazgo formó a MORENA con mexicanos y políticos hastiados de decenas de años de corrupción e impunidad.

 Así que no nos salgan ahora con el cuento de que fulano o mengano no merece ser apoyado por MORENA por su pasado partidista. Si hubiera pruebas o serias sospechas de corrupción en contra de alguno de ellos, habría razón en negarles la participación, como las hay en el caso de Guerrero en donde al CEN de MORENA no le importó postular como su candidato a gobernador a Félix Salgado Macedonio, cuyo oscuro pero clarificado pasado de violador le ha ganado el repudio no solo de guerrero sino de todo el país. Ahora dependerá del pueblo en premiarlo o castigarlo.

 Y aquí en Veracruz no es la excepción, los que se dicen Morenos ‘auténticos’ se oponen a  candidaturas ganadoras y probados en la eficiencia por el solo hecho de haber militado y luego renunciado a otros partidos. ¡Congruencia señores!  

 No, en el Movimiento de Regeneración Nacional no hay MORENOS químicamente puros, ni sus fundadores salieron de la sociedad civil y en la medida que se le pongan dientes filosos a los organismos de transparencia y electorales, así como los anticorrupción y la denuncia pública en medios de comunicación sea más precisa y puntual, se podrá transformar este país.

 @frlicona