Ayer se dio cuenta aquí con el título “Guerrero es un polvorín por fuga de policía que asesinó a normalista’. Ahí se adelantó que lo más probable es que el problema escalaría a situaciones mucho más complicadas de las que se podía pensar ayer mismo.  

Y efectivamente parece ser que es lo que está pasando hoy en ese turístico estado.

Y, este miércoles así se confirma a través de lo que publican los principales diarios nacionales al afirmar que “Guerrero arde otra vez por Ayotzinapa”.

Ayer se dijo que los enardecidos estudiantes de la Normal de Ayotzinapa habían tomado las oficinas de la Fiscalía General del Estado en Chilpancingo y quemado 9 automóviles oficiales.

Hoy el reporte subió a 11 autos, pero ahora se habla que entre el número de lesionados hay 19 agentes de la Guardia Nacional.

Y es que, si bien ayer el presidente Andrés Manuel López Obrador informó en su mañanera que el presunto asesino del normalista se había fugado, hoy se habla de que en realidad no hubo fuga, puesto que el policía ni siquiera había sido detenido ni hubo una orden de aprehensión en su contra.

Una prueba más de que el tema escala de manera vertiginosa y rumbo al caos, es que desde el Congreso de la Unión el Grupo Parlamentario del PAN en voz del senador veracruzano Julen Rementería del Puerto, ha solicitado la desaparición de los poderes en Guerrero por ‘ingobernabilidad insostenible’.

Se afirma en el posicionamiento del PAN que “la gobernadora Evelyn Salgado se esconde y no sabe qué hacer pues la delincuencia, desastres naturales, corrupción y abuso de poder son las causas de la situación que prevalece en Guerrero, sostuvo el Senador Rementería.

Lo cierto es que el Gobierno Federal, debiera quizá hacerle caso a lo que pide el PAN, pues le saldría barato el iniciar de inmediato las pláticas y negociaciones necesarias para parar en seco lo que podría traer muchas más complicaciones políticas debido a la intensa polarización política que vive el país.