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¡AGUANTA MARYJOSE!

De la Columna "Línea Caliente"...

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Edgar Hernández
2016-08-21  
09:20

Aún quedan cien días de pesadilla. La fiera está en los últimos estertores. Se niega a morir y eso hace más peligroso el entorno.


Hay quienes dicen que Javier Duarte está enfermo física y mentalmente. Y sí. Sus actitudes pareciera que a ello corresponden por lo estruendoso de sus desplantes, arrebatos incontenibles y la soledad inmensa que lo rodea.


Nadie se le quiere acercar.


Así que, Maryjose, no hay más que aguatar vara y a la opinión pública decirle que hay que  tomar con una gran filosofía y convencimiento el apotegma juarista de que a los amigos, justicia y gracia y a los enemigos justicia a secas.


Y es que en las últimas horas el gobernador saliente ha emprendido tres acciones que llaman la atención tras los sucesivos desplantes del presidente de la república, Enrique Peña Nieto, quien públicamente le ha demostrado desprecio marcándole distancia como si fuera un apestado.


Duarte por respuesta solo gesticula y ya en lo interno redobla sus guerritas y venganzas domésticas.


Unge a Francisco Portilla Bonilla como magistrado del Poder Judicial, más que por compadrazgo, para meterle una quinta columna al Presidente del Tribunal Superior de Justicia, Alberto Sosa Hernández, quien ha propuesto un relevo democrático y no una imposición del ejecutivo.


¿Qué necesidad pues de Duarte de abrir un frente hostil más?


A la par acude de nueva cuenta a una de sus oficinas de la Fiscalía General –porque la Fiscalía está de rodillas para lo que ordene- para ratificar una denuncia contra el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares, a quien, según él, le encontró más propiedades... el burro hablando de orejas.


Y como colofón la emprende, más que jurídica, mediáticamente contra la periodista Marijose Gamboa, hoy diputada local electa y legalmente confirmada, en un tema cuchareado y prostituido por leguleyos al servicio de Duarte, que nomás no encuentran como refundir 15 años en prisión a la comunicadora que por razones del destino quedó como sándwich en un conflicto entre Javier y Miguel Ángel.


A Maryjose Gamboa, Duarte la ha convertido en mártir, en un símbolo.


Es la bandera de quienes han sido atropellados en sus derechos. La mujer valiente que por encima de las “Reinis”, “Barbies” y toda esa bola de pirujillas que flotan alrededor de la Fidelidad y el Duartismo desde hace doce años, ha podido mantener no solo la frente en alto, sino la lucha contra todo un aparato de poder.


Maryjose Gamboa Torales habrá de pasar por la historia de Veracruz como una mujer que nunca se rindió ante el abuso de la autoridad; que desde su tribuna periodística en radio, televisión y Notiver como columnista, supo afrontar las consecuencias por sus denuncias de injusticia a un pueblo desposeído y abusado.


Maryjose supo encarar de manera valiente la avalancha desatada por Gina Domínguez cuando la expulsaron de los medios. Supo también cómo librar la lucha en defensa de las mujeres desde una modesta oficina del ayuntamiento de Boca del Río.


Y de cara a un infausto accidente automovilístico defenderse de ominosas acusaciones de que conducía ebria a altas horas de la noche, a velocidad temeraria; que era mala madre, desobligada, y para colmo, aliada de Miguel Ángel Yunes Linares, pecado mortal.


Una justicia amañada –después de despojarla ilegalmente de su hija- la obligó a una reclusión de más de un año en un sucio penal de Tuxpan, localizado a cientos de kilómetros de su residencia, en donde fue objeto de vejaciones mismas que supo superar con disciplina y labor social.


Nunca dejó de escribir.


Sus columnas periodísticas que solo atrevió a publicar Notiver, aunque eran del dominio público por los relatos desgarradores que se sucedían dentro del penal, las pergeñaba en papel estraza con una crayola, mismas que sacaba su hermana de manera clandestina.


Maryjose nunca abandonó la lucha.


Jamás se rindió. Aguantó como las buenas y tras una larga reclusión y repetidos abusos jurídicos alcanzó el amparo federal y su lucha continuó. Así llegó a la candidatura a diputada local misma que ganó por paliza a otra dama, Araceli Baizabal, una modesta empleada de Duarte que nada tenía que hacer frente a la enorme estatura de Maryjose y…


Pues, qué le platico.


El demoledor desprecio del presidente de México al enfermo Javier Duarte lo obligó a concluir que todo era culpa de Miguel Angel, a quien habría que responder atacándolo por todos sus flancos.


Y de nuevo se le va a la yugular a Maryjose Gamboa, quien sostiene una estoica lucha que ya quisiera haber librado el más pintado de los duartistas  asumiendo que “sólo muerta impedirán que tome posesión como diputada”.


A Duarte le quedan cien días y, en efecto, cada día está más solo… pero aun es el gobernador, un gobernador que trae al lado a la tremenda corte y cual Calígula, con tal de alcanzar sus objetivos de venganza, está dispuesto a todo, incluso nombrar cónsul a su caballo como lo hizo con Francisco Portilla Bonilla, quien un día arrojó la dignidad al excusado o a cumplir sus objetivos de venganza y cerrar en 20 la cifra de periodistas sacrificados.


Hay que tener cuidado.


Por lo pronto no hay duda que Maryjose es el ejemplo de dignidad a seguir no solo por los periodistas, sino por todo aquel que sea atropellado por un poder ciego y obtuso convencido de que el saqueo a las arcas públicas es el paradigma de cómo se debe gobernar.


Veracruz, sin embargo, es algo más. Ya vendrán tiempos mejores.


Tiempo al tiempo.


  *El autor es Premio Nacional de Periodismo

 
 
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