Por Evelyn Hernández - La situación que se avecina en el país requiere de un análisis profundo en cuanto a lo que le conviene a México en este proceso electoral, pues se tendrá que elegir en darle paso a la continuidad de un gobierno acusado de autoritarismo y de tratar de desaparecer las instituciones democráticas del país, por una oposición que platea una alternancia en duda y con poca credibilidad.

México requiere responsabilidad ciudadana, así como también impulsar una democracia participativa que defina la historia del país, pero que prepondere la estabilidad del estado mexicano y su autonomía. Algo que ha quedado en duda tras las acusaciones entre los partidos políticas que existen en el país y que se señalan unos a otros de haber pactado con la delincuencia.

La situación de la violencia y la inseguridad que azota el país es consecuencia de una política pública que no ha funcionado y que ha dejado estragos terribles en la población. Sin embargo, la oposición apuesta por capitalizar el fracaso en materia de seguridad y lo utiliza como moneda de cambio como promesa al electorado. La verdad es que la candidata de la oposición Xóchitl Gálvez no logra conquistar a los mexicanos ni con la promesa de vivir sin miedo, tal y como destaca en su campaña. Lo cierto es que la gente no le creen y las encuestas siguen favoreciendo a la candidata oficialista Claudia Sheinbaum, lo que representa una amplia posibilidad de que Morena gane la presidencia de México. A todo esto, si bien es cierto que Andrés Manuel López Obrador, el extremista de izquierda, ha mantenido una política pública en favor de los más desprotegidos con los programas sociales, lo que además le ha valido un respaldo popular, en otros rubros de gobierno se ven pendientes muy grandes, sobre todo en el tema de la seguridad en el último tramo de su gobierno.

La violencia se recrudece en el país de una forma imparable, lo cual le ha costado muchos cuestionamientos, incluso de otros países, al gobierno de el presidente saliente Andrés Manuel.

Por otro lado, Claudia Sheinbaum mantiene una política continuista y emula la propuesta de el presidente con el afán de seguir conquistando  a sus simpatizantes. Por tanto, posiblemente convertirá posiblemente en la primera mujer presidenta de México. Lo que se tiene que pensar por parte del electorado, es que México aún con sus errores y fracasos, ya no tiene tiempo para la improvisación, ya que se requieren políticas públicas acordes a las grandes necesidades del país, que se fortalezcan las instituciones y se deje de lado esa confrontación hipócrita y estéril que representa el egoísmo político en su máxima expresión. Aunado a ello, se necesita que se preponderen las causas sociales, pero también la fortaleza de la economía, de las empresas y las inversiones.

Es tanto el temor de lo que pueda pasar en las elecciones de este año por parte de la sociedad, que eso podría encausar la elección a una gran polarización. Se debe actuar con responsabilidad y decidir el futuro de México con conciencia social.