Se sabe que más de dos, se fueron, como se dice popularmente, cabezones, aprovechando que su Jefe, no les contó las tortillas, ni tampoco los limitó en algunas de sus atribuciones.
El Gobernador del Estado, se encuentra ahora, en un estado de acorralamiento, mientras que aquellos que defraudaron su confianza, se esconden lo más lejos posible y en otros casos, se protegen bien con el fuero constitucional que se les brinda en calidad de legisladores federales, más aquellos que ahora están buscando la forma de cobijarse en la futura legislatura del Estado.
Pero, conforme pasa el tiempo, se dice que hay la pretensión de repartir las culpas, acorralando a unos cuantos para que también sufran las consecuencias de su mal proceder.
¿Quiénes serán?
No hay que quebrase tanto la cabeza para identificarlos desde ahora, pues dentro de la misma administración, hay investigaciones que los tienen bien detectados, tanto aquellos que ya se protegen con el fueron constitucional, como aquellos que no pudieron entrar en esta dimensión política y están buscando la manera de desaparecer del mapa veracruzano.
Seguramente, el titular del Poder Ejecutivo del Estado, no los dejará tranquilos, pues corrieron, eso sí, pero no hicieron nada para proteger a su Jefe.
No es la primera vez que citamos este asunto, pues en otras ocasiones bien hemos dicho que Duarte, fue traicionado y ahora paga las consecuencias de haber confiado demasiado en unos cuantos.
Esos cuantos han querido justificarse ahora, firmando cartas, desplegados a favor de quien los apapachó, en un intento de quedar bien de última hora, cuando todo parece derrumbarse, pues ante la catástrofe prefirieron abandonar el barco, antes que ser atrapados.
Y es que esa es la condición humana.
Sin embargo quedan, eso sí, algunos funcionarios honestos que han estado enfrentando las buenas y las malas, hasta el último momento, defendiendo, muchas veces, lo que parece indefendible, pero siempre bajo el principio fundamental de la lealtad.
Bueno, hasta el mismo pastor de la Legislatura, el Maestro Juan Nicolás Callejas Arroyo, dijo recientemente que él estaba con el Gobernador del Estado, hasta el último momento de su gobierno, pasara lo que pasara, lo que resulta innecesario decir, porque es un representante popular que tiene a su cargo el poder legislativo, la instancia conocida y reconocida, como uno de los poderes del Estado, con firme independencia dentro de la división de poderes, aunque sea meramente en teoría y no en la práctica.
Así se van dando las cosas, es decir, con nuevos rumores de que siempre sí, el que todavía manda en Veracruz, dará también su propio manotazo, cuando las aguas se están acercando peligrosamente al desborde y genere la debacle definitiva y total en el fin de este gobierno, que ya esta, como quien dice, a l a vuelta de la esquina.
Nadie sabe, todavía, que pasará en estos meses, pues la mayoría de los veracruzanos, se encuentran a la expectativa de los acontecimientos, tanto de un gobierno que termina y uno que comenzará con una vida, prácticamente corta.
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CON EL ARGUMENTO de que será muy difícil para el nuevo Gobernador del Estado, iniciar una administración con gente nueva, ya van varios colaboradores duartistas que emiten sus declaraciones bajo reserva, de que serán ratificados.
Es más, advierten que no serán molestados en sus puestos, porque conocen perfectamente bien los vericuetos de la administración pública de Veracruz, lo que les garantizará su permanencia por el tiempo necesario que ellos mismos creen que será casi todo el gobierno, pues en dos o tres meses, quienes no han estado en l a función pública, no podrán aprender los secretos que tienen para continuar la labor administrativa.
Y hasta cierto punto, tienen razón esos mismos duartistas que piensan quedarse por más tiempo manejando sus propias oficinas, pues son capaces de no dar mayores informes a los nuevos funcionarios con la finalidad de protegerse de posibles movimientos en el cercano futuro.
Se blindaran, como se dice actualmente, para no ser corridos de sus puestos, ya que además, tienen previsto que un nuevo funcionario no podrá empaparse de lo que tiene que hacer en solo dos o tres meses, sino habrá casos, se afirma, que se habrá de requerir por lo menos un año para poder actuar por su propia cuenta.
Es más, han llegado al extremo de asegurar que nunca fueron priistas convencidos, sino que por mera necesidad tuvieron que aceptar los cargos, siendo, más que nada blanquiazules que esperaron por mucho tiempo la oportunidad de que llegara un gobierno avalado por las siglas a las cuales pertenece.
Vaya, que ese es el tamaño que tiene ahora la deslealtad, pero sobre todo, la traición a quien, en determinado momento, los colocó en puestos de confianza y subsistieron por lo menos en los últimos seis años de la actual administración estatal, que ya están por cumplirse.
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HABLANDO DE RUMORES, corre uno muy fuerte que tiene que ver con la militancia del Partido Revolucionario Institucional, en la entidad veracruzana.
Se dice, y tal vez, con cierta razón, de que pronto buscarán que los distinguidos militantes de dicho partido, colaboren, ahora sí, con sus respectivas cuotas, porque el tricolor ya no contará con los ingresos extras que recibía de la administración estatal.
Que su labor se verá seriamente restringida, luego de que no tendrá suficientes recursos para operar como lo venía haciendo meses atrás, en virtud de que solamente se manejará con lo que le sea enviado desde el Comité Ejecutivo Nacional.
Por eso, se esta estudia, dicen, la posibilidad de que los priistas tengan que aportar sus respectivas cuotas mensualmente o cuando se determine que lo hagan.
De momento es lo que se dice, aunque todavía no hay acuerdo sobre este asunto, lo que no le vendría mal al tricolor, luego de la descobijada que sufrirá con la suspensión de la entrega que percibía del presupuesto del gobierno estatal.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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