En solo cinco años y medio de la actual administración estatal, la población ocupada que percibe un ingreso de hasta un salario mínimo (SM) creció en un 44 por ciento (196 mil 585), contra una disminución del 26 por ciento de los que ganaban entre 3 y 5 SM (91 mil 919). También hay una disminución del 44 por ciento de los ubicados en el segmento de 5 SM y más (104 mil 034). Casi termina con la clase media trabajadora de Veracruz.
Brotan como hongos del mal las debilidades de la actual administración estatal a lo largo y ancho del territorio veracruzano. Lejos de atender lo substantivo, prevaleció la negación y simulación de los hechos. Gracias a ustedes amables lectores, puntalmente desde hace cinco años y más, señalamos el crecimiento de la percepción de la inseguridad de los ciudadanos, cerca de 20 mil cuestionarios de INEGI del periodo 2010-2015, daban cuenta de ello. El boquete financiero, como una bola de nieve cuesta abajo, aumentaba de volumen en cada ejercicio fiscal a partir del año 2005. Parecido a un ser humano adicto a la drogas, cada año eran mayores las observaciones de la Auditoria Superior de la Federación (ASF) en el periodo antes referido, por el desvió de los recursos federales etiquetados. La mala calidad y administración de la obra pública también esta presente, en la que destaca, las fallas técnicas detectadas en el túnel sumergido de la ciudad de Coatzacoalcos, Ver., por la ASF en la revisión No. 09-A-30000-04-0548, Cuenta Pública 2009. Hay más de cuatro mil millones de pesos invertidos sin resultados. Puentes y caminos construidos de corta vida en la constante. En este tenor, es de escándalo la corrupción de los servicios de salud y educación, señalados también puntalmente por la ASF. El hedor de las fosas clandestinas se respira en todo Veracruz, imposible ocultar esta penosa realidad.
Pues bien, continuado con el tema de la presente colaboración, los rubros de pobreza y empleo presentan un panorama igual o peor a lo descrito en líneas arriba. Iniciamos con las cifras oficiales del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), donde hay un retroceso con corte al mes de julio del presente año de 40 mil 965 trabajadores afiliados al IMSS, respecto al cierre de 2014. A esta catástrofe social, se agrega el achicamiento del salario diario promedio asociado a trabajadores asegurados al IMSS. Quiere decir que las plazas pérdidas eras de buena calidad, por las percepciones de los trabajadores despedidos. Cierto, a parte obra pública estatal igual a cero y el no pago a proveedores, para completar el cuadro, se agrega las acciones del gobierno Federal, destaca la paralización de la industria energética, sin políticas compensatorias a las entidades federativas productoras de petróleo, salvo los mejoralitos que destina para el caso, solo en Tabasco y Campeche. Veracruz está castigado por Peña Nieto y con ello se acrecienta el hambre y desempleo para sus habitantes, donde sus energías para salir adelante se ven cooptadas por el crimen organizado, manifestado en acciones de extorción y secuestro. Vaya calamidad.
En esta tesitura, con un ambiente inadecuado para la inversión de la iniciativa privada, la precarización de la clase trabajadora veracruzana está imparable. Con datos de la Encuesta de Ocupación y Empleo (ENOE) de INEGI, en un ejercicio comparativo del periodo del actual Gobierno del Estado (cinco años y medio), del primer trimestre 2011, contra el segundo trimestre del 2016, los resultados son preocupantes: la población ocupada que percibe un ingreso de hasta un salario mínimo (SM) creció en un 44 por ciento (196 mil 585), contra una disminución del 26 por ciento de los que ganaban entre 3 y 5 SM (91 mil 919). También hay una disminución del 44 por ciento de los ubicados en el segmento de 5 SM y más (104 mil 034). Como se ha descrito, las mayores oportunidades de empleo y ocupación no superaron el ingreso de un salario mínimo, lo cual significa, que no se puede adquirir ni la mitad de la canasta básica de alimentos. La familia tiene que recurrir al trabajo infantil y de la ama de casa para lo indispensable. Por el contrario, hay una destrucción la ocupación para las personas que ganaron más de tres SM y de 5 y más SM.
Ante esta realidad, la clase media afectada por la falta de oportunidades de empleo, es la que decide las votaciones electorales en las zonas urbanas, con su asistencia a las urnas arriba de la media. Parecía una conjura de los tres órdenes de gobierno, para exacerbar el enojo del ciudadano el pasado 5 de junio del presente año, dejaron solo al tricolor-verde, caída de la cual es difícil recuperarse, siempre y cuando Peña Nieto no realice un golpe de timón. Por el contrario, la próxima administración estatal tiene muchos espacios para conquistar la confianza ciudadana, con solo la decisión política-ejecutiva estatal de combatir al hampa, acelerar la inversión pública con recursos propios y de la federación, con colaboradores estatales eficientes y con manos limpias, de los contrario: la misma historia. |
