“Los distintos premios se entregan cada año. Cada persona o institución laureada recibe una medalla de oro, un diploma y una suma de dinero. Esta última, determinada por la Fundación Nobel, en 2013 ascendió a los 8 millones de coronas suecas”, que son equivalentes a poco más de 19 millones de pesos”.
Obviamente, para cada especialista el premio de su área de conocimiento es el más interesante, y de ahí que pongo atención particular al ganador del Nobel de Literatura, que además se vuelve un autor best-seller porque muchos lectores en el mundo corren a buscar sus libros.
El que se ha vuelto un candidato constante al Nobel es el japonés Haruki Murakami, autor de novelas muy famosas como 1Q84, Kafka en la orilla y Al sur de la frontera, al oeste del sol.
Junto a él se menciona a un escritor de Kenia, Ngugi Wa Thiong’o, que es uno de los novelistas y pensadores más reconocidos, dado su constante discurso a favor del cultivo de las artes, idioma y letras en gikuyu, lengua oriunda de aquel país.
No se deja de mencionar al judío-norteamericano Philip Roth, autor entre muchos títulos de la “Trilogía americana”, compuesta por Pastoral americana, Me casé con un comunista y La mancha humana.
Otro candidato posible es el albanés Ismail Kadare, un escritor de influencia kafkiana, quien fue ganador del premio Príncipe de Asturias que otorga la corona española.
Y para que no me salgan con la falta de equidad de género menciono a la gringa Joyce Carol Oates, para mi gusto muy cercana en su estilo a los autores de la novela negra.
Claro, como cada año hay que mencionar al engañado Salman Rushdie y al inmortal Milan Kundera.
Si por mí fuera, yo se lo daría sin chistar a Kundera y dejaría al japonés Murakami para siempre con las ganas de recibir el Premio, pero los académicos suecos tienen gustos diametralmente opuestos a los míos, y cada año nos deparan verdaderas sorpresas.
Esperemos que esta vez no.
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