Ruizcortinadas.
Gustavo Adolfo Iram Ávila Maldonado.
 

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LA PESADILLA
2017-05-29

El resto de la mañana atendieron los demás pendientes que tenía Gaby, mientras ella estaba en sus entrevistas, Álvaro se reportaba a su oficina para confirmar que no lo requerían.


Por la tarde fueron de compras, eso le encantaba, se podía pasar horas enteras recorriendo tiendas, boutiques, joyerías, etc. En la tarde regresaron a la casa cargados de bolsas, Gaby se pasó el resto del día probándose las blusas y los vestidos que había comprado.


Así transcurrieron los días. Por las tardes, después de comer lo que Gaby preparaba : tortas, Sándwiches, tacos, no eran comidas muy elaboradas, pero nos sabían rico, nos recostábamos a ver televisión, y jugábamos a las "luchitas", este juego consistía en forcejar hasta quedar agotados, este ejercicio le encanta a ella, nos inmovilizábamos y acabábamos con los rostros frente a frente, nuestras bocas quedaban a escasos centímetros, estos juegos los empezamos a practicar frente a su mamá, a Gaby  le gustan porque dice que le quitan el estrés, al principio yo me sentía cohibido por la presencia de su progenitora, pero me di cuenta que Gaby lo hacía inocentemente, y así lo veía también su mamá, yo era el único mal pensado, así que pronto se me olvido lo morboso y acabamos "luchando" sin que ningún mal pensamiento pasara por mi mente. Ese ejercicio fue algo que ella me enseñó, a pesar de su corta edad, nunca es tarde para aprender.


Una noche, mientras dormíamos cada quien en su cuarto, entró intempestivamente a mi recámara y me gritó llorando: ¡Te odio! ¡Te odio!


Yo me quedé sorprendido y le pregunté sentándome en la cama: ¿Qué pasa bebé? Son las dos de la mañana.


-Te odio, me repitió y se soltó llorando.


La abracé y le dije tratando de calmarla: qué pasa bebé.


-Perdóname -dijo limpiándose las lágrimas y sonándose estrepitosamente con el pañuelo que le había pasado.- es que tuve una pesadilla. Soñé que llegaba a tu casa con una amiga, era una casa muy lujosa, muy bonita, -entonces no era mi casa- le aclare sonriendo - pero era tu casa -insistió- y había una nota en el piso, yo la recogía y era de una chica que te decía que te quería. Y luego te veía con ella, se trataba de una chica muy hermosa y tú la abrazabas y me decías que me fuera y empecé a romper todas tus cosas- y se soltó llorando nuevamente.


Gimoteo durante unos minutos, la abrace más fuerte y le dije -Cálmate bebé, solo fue un mal sueño, una pesadilla.


-¿Andas con alguien? -me preguntó mirándome con sus ojos llorosos.


-No bebé, si anduviera con alguien tú no estarías aquí.


-Me puedo quedar contigo -susurró acurrucándose junto a mí.


-Claro - le dije dejándole que se acomodara.


Se quedó dormida de inmediato, yo me sentía desconcertado sintiendo su cuerpo tibio junto al mío, tenía bastante tiempo que no me dormía abrazando una mujer, no sabía qué hacer, cubrí con la sabana sus muslos desnudos y abotone un botón de la camisa para evitar tentaciones 


Traté de conciliar el sueño pero me resultaba difícil, por fin, después de más de una hora, con la luz del amanecer me quedé profundamente dormido


 


 

 
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