Despertar a tiempo.
Romeo González Medrano.
 

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Ahora les toca a otros, de la orilla al centro
2017-11-01

Xalapa ha cambiado tanto que no la conocemos ni en sus límites; con las obras de estos años, se hicieron más grandes los contrastes que ya existían. " la ciudad que creció a partir de los años sesenta tiene una disposición disfuncional cuya explicación se encuentra ya no en la topografía sino en la ausencia de mecanismos de planeación." A la cita del Doctor Hipólito Rodríguez- destacado investigador en la materia-  solo añadiría: históricamente el Estado Mexicano y sus instituciones han ido atrás de la demanda social, atrás del desorden y de la acelerada expansión urbana. O sea, ni mecanismos de planeación, ni capacidad técnica ni voluntad política han sido suficientes. Al inicio de las administraciones, federal, estatal o municipal, lucen y hacen derroche de inteligencia las “visiones estratégicas”, los modelos, el “diseño de ciudad sustentable que queremos”. Poco duran estos vientos; la verdad está en la ejecución de las políticas públicas (Luis F. Aguilar, 1993) Antes de que una administración concluya su primer año reina el pragmatismo y las decisiones reactivas mientras los planes, una vez más se empolvan y sirven para adorno de libreros de funcionarios. Mientras tanto la inversión pública en obras y acciones no supera el carácter de paliativos a destiempo. Como la norma condiciona el otorgamiento de recursos federales a la presentación de proyectos, se hacen millonarias inversiones en diseños arquitectónicos que se ignora si será aprobados.  Para cuando una administración da un pequeño salto hacia adelante, una cruda realidad da tres hacia atrás, mostrando saldo negativo. 


Esto explica que " Xalapa es, después de Oaxaca, la ciudad más desigual del país. La distribución muy desigual de los ingresos determina que haya un acceso diferenciado en relación con los recursos de la ciudad. Los contrastes en el acceso a servicios, infraestructura y equipamiento entre los habitantes de la zona norte de la ciudad y los del centro y la zona sureste, indican una situación de relativa segregación"http://periodicoperformance.blogspot.mx/2013/06/xalapa-hoy-un-monstruo-urbano.html


La cita viene a propósito ya que por estos días se leen declaraciones del alcalde Américo Zúñiga Martínez donde da cuenta de los logros de su gestión. Un mensaje que se viene repitiendo a lo largo del año. Seguramente habrá quien los lea y no me dejara mentir que siempre dice lo mismo: que hizo mucho, que hizo más que ninguno, y que no dejará deuda (a diferencia de los ex gobernadores del PRI). 


No sé quién lo asesore para tales declaraciones, aunque por la temporada, es muy probable que no ocupe más que el consejo derivado de la percepción que tenga de sus metas como expresidente municipal. De que hizo y mucho es innegable, yo mismo lo veo todos los días como usuario de las avenidas Orizaba y Pípila o de la calle Sarabia que deben haber costado un dineral equivalente a muchos kilómetros de red de agua potable en colonias que no fueron las más privilegiadas de las decisiones del Ayuntamiento. 


Los mexicanos hemos llegado al extremo de padecer tan malos gobernantes e incluso acostumbrados a que solo de esos hay, que cuando alguno destaca en logros, lo vemos como milagro de Dios. No hay milagros lo que hubo fue una exitosa gestión política de recursos federales extraordinarios, muy probablemente como parte de una futurista estrategia política electoral que al parecer no arrojo los resultados esperados. 


Hoy el problema radica en que el despertar ya se convirtió en desesperar y aquellos para quienes los logros solo los vieron en las declaraciones, exigen respuestas y solo creerán en las obras que vean directamente en su cuadra o colonia. Los informes globales solo irritan a los que les toco poco o nada. El escrutinio de las recientes elecciones no negó logros, en cambio inconformó ante una una política pública excluyentes para los más. ¿Es que es tan difícil entender que el hambre la sentimos todos los humanos casi a las mismas horas? Hoy el deterioro del poder adquisitivo del salario empeora todos los días y es menos lo que cada madre o padre puede llevar a la mesa para los hijos. En estas circunstancias la única vía de amortiguar el malestar derivado de una riqueza que se concentra en unos pocos y de salarios altos que solo son para una minoría burocrática, es la inversión pública municipal que mejore sus condiciones de vida, que dote de servicios básicos a los que de ellos carecen, de seguridad patrimonial, de equipamiento urbano, alumbrado, limpieza pública, etc.  


 


No necesita el pueblo conocimientos ingenieriles ni de costos para intuir que un metro cuadrado de pavimentación en concreto hidráulico tuvo un costo muy diferente en calles del centro histórico que un metro en su colonia popular. Con esto quiero decir que la política de inversión pública mayoritaria demanda hoy, es de un enfoque distinto al adoptado por la administración por concluir. 


Este cambio, dicho coloquialmente demanda que los últimos - que son los más- sean ahora los primeros. Habrá que estar atentos a las recomendaciones de los órganos de consulta y que la infraestructura de los dueños de la tierra en Xalapa la pongan al menos en parte de su bolsillo, los que más tienen. Toda obra debe ser transparente pero mucho más cuando es con participación.  


Es urgente abatir desequilibrios. Si los señores del gran capital no lo entienden es porque sus residencias están amuralladas y están sordos y ciegos ante la población que aún es parte del rezago heredado de varias administraciones del PRI. Ni modo, a los mismos no les toca. 


Afortunadamente hay empresarios que ya han demostrado disposición a coinvertir. También es turno del capital social organizado que deberá estar dispuesto a cooperar y sumarse en todas las formas posibles como algunos lo han hecho. Habrá que intensificar la participación ciudadana de calidad, el trabajo comunitario, empezando iniciativas que procuren salud y seguridad mediante el auto cuidado, y otras muchos acciones. La organización comunitaria democrática será clave para el óptimo aprovechamiento de los recursos públicos, lo mismo una contraloría social verdadera y, de parte de las autoridades, mucha cercanía y una comunicación innovadora y eficaz de todas las áreas de la administración. Un reto y una oportunidad les espera.  En este contexto y por otra parte, medios y comunicadores tradicionales tienen una oportunidad:  ser creativos  y servir a la comunicación social para la participación de una población que tiene derecho a vivir mejor, nada que ver con facturación para la proyección personal, al menos así lo dejó asentado desde el inicio el alcalde Hipólito Rodríguez. En el sector de comunicación hay en Xalapa ejemplos de periodismo de calidad, honesto, objetivo, de servidores públicos de nuevo tipo, no del parásito y decadente que se niega a bien morir.  Al respecto, en los Diálogos Ciudadanos, foros organizados para recibir propuestas de la ciudadanía, me  tocó escuchar varias muy interesantes y viables propuestas. Cometarios: romeo-gonzalez@hotmail.com

 
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