De los apuros y las ocurrencias. En el pasado, la relación de México-USA fue más estructural que coyuntural.

Hoy es de prisas, de ocurrencias, absurdos y acarreos multitudinarios.

Trump dice una cosa y México obedece o no le cree.  Se festina lo no resuelto, como si ya todo posible desacuerdo hubiese al fin sido resuelto.

Y, se agradece a los migrantes sus envíos, por su apoyo a México y se olvida las razones de su migración y las necesidades de sus desesperadas familias ante la amenaza trumpista.

En la batahola del gobierno, no hay visos de conductas oficiales de proponer medidas nacionales más allá del momento mensual:

1.- Equiparar los impuestos a los autos chinos del 100% de aranceles, como los aplica USA y Canadá, en lugar del 20% que México impone.

2.- Liberar en los hechos el comercio de México con USA y Canadá para que los consumidores nacionales sean beneficiados del acuerdo comercial vigente.

3.- Modernizar el sistema de aduanas en operaciones e infraestructura, entre otros aspectos.

Todas parecen tareas inauditas.

Mas relevantemente.

4.- Ver la relación comercial regional de México con al menos 25 años de perspectiva se asume tarea de un gobierno de ilustrados titanes.

5.- Todo ello, en la situación presupuestal y financiera adversa de la hacienda pública, que habrá de durar al menos los diez años próximos. Entre apuros y pataleos para no atender la seguridad nacional, buscar alternativas de mercados y dejar monotónicamente de prometer más gasto inútil sin tener recursos públicos.

Habrán de transcurrir pesares y desesperanzas para quienes desean un futuro promisorio para el país y la patria.

Ya lo veremos.