Ciertamente, la presidenta Claudia Sheinbaum no alentó la violencia de los mexicanos en Estados Unidos. Sin embargo, el decir que de ser necesario se hicieran manifestaciones, sí prendió la mecha y hoy por hoy la paz y la estancia de nuestros paisanos y sus familiares -con o sin la doble nacionalidad- se han puesto en peligro. 

El caso es que la vieja disputa de migrantes contra migrantes en tierra ajena ha despertado y tardará años en que el odio se apacigue. 

Quienes ven y analizan el futuro, saben muy bien que Donald Trump está trabajando para amarrar su mandato con las mayorías en el Congreso en el próximo año. 

Trump endulza el oído de los norteamericanos -migrantes o hijos de migrantes como él mismo- con mentiras y falsas preocupaciones por la estabilidad de su país. 

Pero también hay muchos que dudan de hasta dónde llegará el peligro de la mecha que ya se prendió, pues solo falta un mal tiro, un pequeño incidente para que el tema se vuelva imparable. 

Hoy mismo pudo darse ese caso, cuando el primer Senador Demócrata de origen hispano en la historia de California, Alex Padilla, fue sacado con fuerza desmedida de un recinto en el que la Secretaria de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, Kristi Noem, daba una conferencia pública y él quería hacerle una pregunta. A empellones, fue sacado, tirado al piso y esposado con lujo de fuerza por guardias de seguridad. 

Kristi Noem se hizo famosa en México luego de que delante de Donald Trump y en vivo acusó a la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, de alentar las protestas violentas de mexicanos en los Ángeles, California. 

Lo que viene no es difícil de imaginar, se encenderá más la violencia, muchos mexicanos más serán deportados, más familias serán desintegradas, pero al final, al que políticamente saldrá perdiendo será Donal Trump. 

Así se ve por ahora el panorama. La mecha ya está encendida y lo que viene y se ve es imprevisible y negativo para todos, pero posible.