La disciplina, sumisión y la espera de turno, caracterizó los tiempos gloriosos del PRI, PAN y PRD, y que el viejo lechero Fidel Velázquez describió muy bien con aquella frase de que “El que se mueve no sale en la foto”. En aquellos viejos tiempos, a los que hablaban de más, o en contra de los ‘poderosos fariseos’, se convertían en automático en apestados políticos.
Hoy en MORENA los desencuentros se hacen públicos y no pasa nada… o al menos aún no se conocen sus efectos, pero dentro de MORENA -lo que afuera espanta- se la llevan bastante bien con la libertad de expresión y los pleitos a voz de cuello entre el diputado Zenyazen Escobar y el Senador Manuel Huerta; entre Juan Javier Gómez Cazarín y su sucesor en el Congreso; entre Esteban Ramírez Zepeta y el Senador Huerta.
Es decir, el líder Ramírez Zepeta vs Huerta; Huerta vs Zenyazen; Gómez Cazarín vs Esteban Bautista; y toda una serie de infiernitos por aquí y por allá que, por cierto, muchos califican ya como algo que en la política hacía falta.
¡Solo así se podrá acabar con la tapadera política!
Lo que muchos no acaban de entender es que eso en la izquierda política es normal o al menos hasta ahora así parece, y de verdad que se dan duro y no se andan con rodeos.
Pero eso no lo quieren ver quienes pretenden seguir leyendo a la política en el viejo librito del PRIAN que se escribió el siglo pasado.
Habrá que esperar si regresan al pasado y de repente viene alguien y les impone la vergonzante ‘disciplina y la mordaza’, o siguen caminando en la hasta ahora incomprendida transformación en MORENA y los MORENOS.
Por lo pronto ese es el punto, y los lecheros o canillazos se reservan pues el Movimiento de Regeneración Nacional apenas está en pañales como para que sean asignados con justicia y argumentación.
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(COLUMNA "FIGURAS Y FIGURONES") |