El 17 de mayo, el Buque Escuela Cuauhtémoc, de la Armada de México, sufrió un trágico accidente en Nueva York al chocar contra el Puente de Brooklyn durante su salida del muelle 17 en Manhattan. La colisión dejó dos marinos muertos y más de 20 heridos, además de daños significativos en la embarcación. Con 277 personas a bordo, el velero se dirigía hacia Islandia cuando ocurrió el impacto.
El capitán John A. Konrad V, experto en maniobras marítimas, explicó que la complejidad de la maniobra fue elevada por varios factores, como la marea creciente y los vientos fuertes. Además, el Buque Escuela salió en reversa contra la corriente del East River, lo que dificultó el control. La principal hipótesis es que el motor quedó atascado en reversa, dejando la nave sin control, y que el remolcador, que no estaba amarrado al Cuauhtémoc, no pudo asistir adecuadamente.
Las autoridades mexicanas y estadounidenses están investigando las causas del accidente. Aunque aún se desconocen los detalles, se evalúan varias posibles fallas, como problemas mecánicos en el motor o errores en la coordinación de la maniobra. La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, aseguró que la Secretaría de Marina tiene sus propias hipótesis, pero que se esperarán los resultados de la investigación oficial para determinar la causa final.
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La Secretaría de Marina ha confirmado que el Buque Escuela será inspeccionado para determinar los daños y las reparaciones necesarias. La rápida respuesta de los equipos de emergencia de Nueva York evitó más víctimas, y el uso de mástiles de acero ayudó a prevenir un colapso mayor.
El accidente resalta la complejidad de las maniobras marítimas en puertos de alto tráfico. A medida que avanzan las investigaciones, la comunidad marítima espera respuestas claras que puedan prevenir futuros incidentes similares. |
