Aquellos viejos tiempos en los que no había para pagar a proveedores, en los que se llegaba a diciembre sin un centavo en caja y era necesario recurrir a deudas para pagar la nómina, en que se gastaba con discrecionalidad, han sido superados en Veracruz y se espera que no vuelvan.
Ahora es momento de ver para adelante, y este fin de año se debe observar no solo que ya no será necesario pedir financiamientos, sino incluso, mayor obra pública o inyección a capital para disminuir la deuda a largo plazo o la bancaria.
Las reestructuraciones financieras pueden continuar, pues con un Estado con una calificación “estable”, se pueden conseguir mejores tasas y descuentos en los pagos y las amortizaciones.
Quedará tal vez por mucho tiempo el fantasma que políticos de oposición quisieron sembrar en el sentido de que se aumentó la deuda en el sexenio pasado, derivado en sí porque nunca quisieron reconocer que la deuda no solo es la bancaria sino también las otras contingentes que el Estado debió cubrir y que superaron los 20 mil millones de pesos.
¿Cómo se puede seguir mejorando la calificación del Estado? Los expertos señalan que esa calificación se podría ver impactada positivamente si se realizan pagos adicionales o se depura el pasivo contingente.
Por lo pronto, esta nueva calificación son buenas noticias y un reconocimiento a lo bien que ha mantenido las finanzas el gobierno de Rocío Nahle. |