No le tembló la mano (¿O sí?) a Claudia Tello, titular de la SEV, para ordenar el cese del maestro Víctor Hugo Suárez Ávila.
No se saben a la hora los detalles del cese del nombramiento del profesor Suárez Ávila, pero se sabrán, ya que este tema aún se puede decir que no está concluido, al menos políticamente.
El tema se dice así, porque el profesor Víctor Hugo Suárez Ávila no es cualquier maestro de grupo o hijo de vecino, sino un poderoso líder sindical y como ya se ha dejado sentir en estos días, Suárez Ávila y sus seguidores están dispuestos a elevar a nivel de escándalo su cese -injustificado a su decir- para obligar a Claudia Tello a que lo reinstalen y lo premien con salarios caídos, amén de restaurar su currículum moral.
El tema es que según los jurídicos de la SEV, el cese del maestro está dentro de la ley; es decir, válido y justificado.
Lo curioso del caso es que eso no ocurre frecuentemente, pues si cesar a un empleado cualquiera es como meter la mano en un hormiguero, imagínese cesar a un líder sindical por débil que parezca.
Así que habrá que ver en qué termina este lío, políticamente claro, si el maestro hará valer sus derechos por la vía de tribunales o por la vía política que a veces duele más.
Lo que sí es que si Claudia Tello y Rocío Nahle tomaron la decisión, tendrán que mantenerse firmes, si no quieren crear antecedentes que podrían resultar de muy mala pinta para el cierre del sexenio.
Lo que sí es preocupante es que los abogados de la SEV se hayan podido equivocar y puedan haber embarcado a su jefa en una misión que parece imposible. ¡Hacer válido el cese en tribunales! Y aguantar vara con el escándalo público que de seguro vendrá. |
