Dicen que en Veracruz no pasa nada… más bien pasa todo!
Si uno se asoma al norte, pareciera que de tanto silencio ya nadie escucha los gritos de auxilio.
En El Espinal, entre los restos humanos encontrados, estaba Napito, Ramón Valencia Pérez, ex candidato de Morena por la presidencia municipal de Coxquihui. Horas después, la violencia siguió con otro capítulo: un docente fue asesinado a tiros tras ser interceptado mientras viajaba en un taxi. La vida cotidiana convertida en nota roja.
En Coxquihui, el domicilio del presidente municipal electo, Lauro Becerra García, panista, fue atacado con explosivos. El saldo: caos, pánico y la evacuación de una escuela cercana. Si alguien pensó que aquí el fuego se limita a los cohetes de septiembre, se quedó corto.
Quizá por eso el alcalde panista Juan Pablo Gómez decidió cancelar el tradicional Grito de Independencia cuando ocurrió el levantamiento de Napito. Lo irónico es que la decisión parecía exagerada en su momento, pero los días siguientes dejaron claro que las cosas están para ponerse peores.
La tragedia no es nueva en esa tierra: Germán Anuar Valencia, aspirante a la alcaldía, fue asesinado al inicio de la contienda electoral. Su lugar lo tomó su hijo… hoy asesinado también. La herencia política convertida en epitafio.
Mientras tanto, en Xalapa la política se viste de luces frías: la secretaria de Cultura, Xóchitl Molina, adelanta que en las fiestas patrias no habrá fuegos pirotécnicos, que todo ha de ser más seguro. Quién diría que en otras latitudes del estado, los estallidos fueron de otro tipo: los de la pólvora criminal.
Pero si lo local parece fuerte, lo internacional sacude más. El Departamento de Justicia de Estados Unidos destapó una acusación que nos pone la piel de gallina: Silem García Peña, veracruzano, ex funcionario, esposo de una regidora en la capital del Estado y vocero de La Luz del Mundo, aparece involucrado junto al líder religioso Naasón Joaquín García en un caso que huele a crimen organizado, abuso sexual sistemático y silencio comprado.
La acusación es clara: la llamada “Empresa Joaquín LLDM” operó durante décadas para la gratificación de Naasón y de su padre, Samuel Joaquín Flores, fallecido en 2014. Silem, en su papel de jefe de relaciones públicas, habría usado su posición para presionar a víctimas y evitar denuncias. Del púlpito a la fiscalía, sin escalas?
Dice el Depa de Justicia gringo que todos son inocentes hasta demostrar su culpabilidad… menuda chamba la de Silem!
Y por si esto no fuera suficiente, se avecina otro reacomodo político: todo indica que Morena arrebatará a Movimiento Ciudadano la plaza de Poza Rica.
¿Qué nos falta? Entre levantones, explosivos, asesinatos, escándalos internacionales y política, cualquiera puede dar el Grito. No de independencia, ni de orgullo patrio, sino de miedo… así que pa’ qué esperar… Gritos por Adela en Veracruz, los venimos dando desde hace rato!