Dejando de lado que su ídolo ordenó el cierre de 9 mil 536 estancias infantiles que dejaron sin atención a 325 mil niñas y niños, quitó las Escuelas de Tiempo Completo que dejaron sin educación, desayunos y comidas a 3 millones 600 mil alumnos de entre seis y trece años y tiró 17 millones de árboles para hacer su Tren Maya; Andrés Manuel cometió aviesas barbaridades como el mal manejo del Covid que provocó 800 mil muertes y es autor del criminal desabasto de medicamentos que tiene sin medicinas a millones de mexicanos.
A esto hay que agregar que la aparición y desaparición del INSABI costó a los mexicanos 181 mil 772 millones de pesos que literal, se fueron a la basura.
Pero su pecado más grave fue abrirle la puerta a la narcoviolencia como ningún presidente lo había hecho jamás. Sus abrazos a los delincuentes dejaron un reguero de 199 mil 619 asesinatos violentos. Sin contar con las extorsiones, linchamientos, secuestros, robos con violencia y desmembrados en un número nunca visto en tiempos de paz.
Si en tiempos del PRI había políticos gandallas, ladrones y corruptos, en estos tiempos de Morena los políticos son gandallas, ladrones, corruptos... y narcos. Aunque no todos, claro.
Una de sus frases: “Los de antes robaban más”, se fue al diablo al ventilarse el atraco a Segalmex por 15 mil millones de pesos y el escándalo del huachicol fiscal, un robo multimillonario jamás visto en este país y si tantito me apuras lector, jamás visto en el resto del mundo.
No deja de ser paradójico que Andrés Manuel, cuya bandera fue el combate a la corrupción, haya sido cabeza del gobierno más corrupto de la historia, corrupción en la que se embarraron miembros de su gabinete, sus tres hijos mayores, al menos dos de sus hermanos y gobernadores “honestos” como Cuitláhuac García.
Permitió que los delincuentes se repartieran el país, que uno de sus amigos más cercanos lavara dinero en su Casa de Bolsa, que un conocido y reconocido narcopolítico gobernara Sinaloa, que su “hermano del alma” pusiera en Tabasco a un narco como responsable de la Seguridad Pública y miró hacia otro lado cuando hubo masacres.
“Andrés Manuel es el mayor criminal de los presidentes mexicanos de todos los tiempos. Abandonó a millones y millones de mexicanos; los dejó en manos de grupos criminales...” dijo hace más de un año Ciro Gómez Leyva y es la hora en que nadie o casi nadie le ha replicado.
Mitotero y hablador prometió un imposible: no endeudar más al país. Pero...
De 1946 (año en que se fundó el PRI) al 2018, los gobiernos del tricolor y dos del PAN dejaron en conjunto una deuda de 10.4 billones de pesos. A Andrés Manuel le bastaron cinco años y once meses para duplicar esa deuda y dejarla en 20.3 billones de pesos. Sólo en 2024, último año de su gobierno, la deuda creció en 7 billones de pesos.
Y si a todo eso le sumamos las mentiras, futa...
Sin duda las más socorridas fueron “Tendremos un sistema de salud como el de Dinamarca” y “Pronto cubriremos al 100 por ciento el desabasto de medicamentos”, que hasta la fecha siguen vigentes.
En resumen, su gobierno fracasó total y absolutamente ante el crimen. Desde sus conferencias mañaneras fustigó, mintió, atacó, avergonzó y sobre todo calumnió a quien quiso y dejó al país dividido e iracundo.
Su anhelo de pasar a la historia como Juárez se hizo humo. Sabe que no puede ir a un sitio público sin riesgo de que alguien le brinque, reclame o incluso lo ataque y sabe que está en la mira del gobierno norteamericano. Y no ha de ser por buena persona.
Con honestidad lector, ¿te parece que ha sido el mejor presidente en la historia de este país? Porque a la presidenta sí.
bernagup28@gmail.com |