“La que me salvó totalmente Veracruz fue Rocío, nada tuvo que ver Cuitláhuac”, dijo la presidenta (hace un par de semanas), cuando le advirtieron que la Auditoría Superior de la Federación había señalado (de manera escandalosa), el último año de García Jiménez como Gobernador. 

Todas (y de verdad todas), las figuras relevantes del morenismo nacional saben que el predecesor de Nahle fue inoperante y de actuar vergonzoso, tanto para su patrocinador (el expresidente López Obrador), como para la marca del movimiento. 

Para quienes esperaban que Sheinbaum hiciera “leña del árbol caído” sobre García y su desordenado actuar, a propósito del último reporte de la ASF, estaban muy equivocados. La presidenta difícilmente hará pública alguna diferencia con sus compañeros de partido. 

La desaprobación hacia lo que García le ha hecho a Morena se nota en el veto de Palacio para el exgobernador; en la orden presidencial de “tratar lo menos que se pueda con él, para eso está su mando superior”, como me lo han informado. 

Por eso no es necesario que la presidenta en una mañanera diga que le preocupa el actuar de García; lo esperado siempre será que lo respalde, como lo ha hecho con el también “non grato” Cuauhtémoc Blanco, “la ropa sucia siempre se ha lavado en casa”, aplicando (de manera interna) la ley del hielo o la distancia.

Con base en aquellos que saben de esto en Palacio Nacional: Cuitláhuac García no es bien visto y nunca será secretario o subsecretario de despacho, como lo han buscado divulgar. Su cargo es sólo un favor. Al tiempo. 

La Fiscalía, en boca de Piedra.

En la CNDH ubican a la Fiscalía de Veracruz por su predecible actuar de no aceptar recomendaciones en materia de Derechos Humanos. Hasta la misma Rosario Piedra tiene identificado el tema, y eso que no suele meterse mucho en los temas de su Comisión. Habrán de conocerse en breve las consecuencias. 

Veremos qué ocurre, y si de verdad ocurre. 

X: @aaguirre_g