Revocación y hasta consignación; o bien, consolidación y reconocimiento. Apoyo y fortalecimiento al buen servidor público. Imprescindible identificar aciertos y logros, así como errores y pérdidas.
Nada de que quienes gobiernan, hagan lo que les da la gana: seguimiento y control a todo y a todos. Organización y movilización social, presente y activa. Participación y evaluación ciudadana permanentes. La transformación debe continuar.
Vivir el hoy y el aquí, resolver lo posible y prever lo previsible.
El pasado se hace presente. De la historia y el diario acontecer, vienen enseñanzas que se olvidan y no se aprenden; los sacrificios y limitaciones siempre presentes; las inconformidades y protestas que no se atienden; los reclamos de justicia que no terminan, y los cambios que no se hacen. No es obligatorio sostener y padecer malos y peores gobernantes.
Nada nuevo bajo el sol, prolongado viaje de mal en peor. Ante más de lo mismo y de los mismos, ante presencia e influencia de ineptos y corruptos, de ineficientes y delincuentes en el gobierno, no es raro o extraño constatar que abundan, persisten y crecen errores y pérdidas, fallas y pendientes, así como desatenciones, retrasos, fracasos y rezagos sociales.
Abruman ineptitud y corrupción, perversidad y mediocridad, frente a los contados logros y avances que, no se reconocen, mejoran o aprovechan. En el colmo, muchos de sus autores, en su ignorancia e incapacidad, ni se enteran que se obtuvieron gracias a su esfuerzo y trabajo. Tic-tac recurrente. Hoy, como antes, se comete el error, lo demás son consecuencias.
Y ahí vamos de la incredulidad al asombro, anonadados y enajenados de una y mil formas.
Como siempre, abundan entretenimiento y distracción, simulación y encubrimiento, ineficiencia y delincuencia. Esto y más, encubre y protege, mantiene y sostiene, a parásitos, depredadores y saqueadores de los recursos públicos; así como a distorsionadores y abusadores de las leyes y atribuciones institucionales.
Dan pena ajena, y aumentan el tamaño del daño, los mismos que llegan al poder para no poder, pero eso si se caracterizan por aprovecharse de lo oficial, para beneficio personal, familiar o de grupo.
Continuidad de la impunidad que protege y recicla a quienes no son servidores públicos, porque no sirven; ni funcionarios, porque no funcionan; y mucho menos, debe llamárseles gobernantes, porque no gobiernan, más bien desgobiernan porque los desastres se incrementan y acumulan. Total, saben que todo va con cargo al presupuesto y a la abnegada, sufrida y ninguneada población.
Millones y millones de seres humanos sumidos en la inseguridad creciente, y victimas del empobrecimiento y hambre en aumento. Quien quiera oír, que oiga.
ELECCION Y REMOCION.
En la democracia, se tiene tanto el derecho de elegir y de ser electo, como el de quitar el apoyo y hasta de destituir, a los malos o pésimos gobernantes y servidores públicos en general. En ningún momento se establece el deber de aguantar; y mucho menos, se está obligado a sostener y soportar malos o peores gobiernos.
Elección y remoción o revocación, son derechos que se abren paso en las incipientes democracias, como la nuestra.
Por eso, hay que insistir y sostener, que otorgar poder, mandato y representación, debe ser tan común, como revocarlo y despedir a los nombrados (incluso denunciaros y consignarlos si su conducta es delictiva).
Ahora sí, gracias a la todavía incompleta reforma de la revocación de mandato, en México se va haciendo realidad la vieja aspiración de que “no hay mal que dure seis o tres años, ni pueblo que lo aguante”.
Así que, si en el gobierno federal ya se inició el cambio, por qué en los gobiernos estatales y municipales no aparece ni avanza. Más aún, cuando ante demasiados casos, comprobada y reiteradamente, no hay porqué soportar ni padecer las costosas consecuencias; la historia está repleta de ineficiencia e incompetencia, de irresponsabilidad y de impunidad. Mal de muchos, consuelo de….
Tener presente y no olvidar, como a lo largo de la Historia, están consignadas esas consecuencias, de no haber detenido y despedido a tiempo a los malos y peores servidores públicos.. Pérdidas y daños en tiempo, recursos y oportunidades; sacrificios, limitaciones y postergaciones para muchos que requieren de atención y apoyo.
Se sabe por experiencias propias y ajenas, que se requieren gobiernos con capacidad de respuesta y de previsión, no sólo simples administradores, vividores de la rutina burocrática o de la urgencia de lo inmediato.
Capacidad gubernamental para la atención real y la planeación efectiva. No se puede, ni se debe mantener instituciones, leyes y empleados innecesarios, anclados en el tiempo, sobreviviendo a base de lentitud y superficialidad en los cambios. Mucho menos en la simulación y la demagogia, en espera de respuestas y soluciones que no llegan.
Retirar confianza y destituir es un derecho, que poco a poco se hace presente y aumenta en las leyes respectivas; y, desde luego, en las funciones, estructuras e instituciones públicas.
El derecho a elegir y a ser electo, así como el de evaluar para respaldar o revocar, se complementa con el de informarse todo el tiempo, para participar con responsabilidad y evaluar permanentemente.
Vital asegurar el logro y corregir el fracaso. Saber de las necesidades y de las prioridades sociales; conocer de los esfuerzos y del tamaño de los retos; enterarse de la amplitud y complejidad de los problemas. Ni la afirmación aduladora y servil, ni la negación por principio. Ni exagerar, subestimar o sobre valorar.
En una democracia la responsabilidad es de todos, al gobierno hay que gobernarlo.
Académico. IIESESUV
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