La impresión que me han dado los gobiernos emanados del PRD, es que los triunfos son pactados, solo hay un cambio de camiseta debido a que en la mayoría de los casos, siguen las misma políticas sociales, sectarizan los programas sociales, realizan padrones de clientes electorales, para mantenerlos y ofertarlos al siguiente candidato que les garantice impunidad, cuando estos se portan mal.

A los líderes sociales que militan en el partido que los llevo al poder, en ocasiones son excluidos, sea por envidia o por considerar que estos son de casa y que deben de aguantar, les dan prioridad a quienes los hacen creer les apoyaron, esto es, apoyan a priistas y ex priistas, con ellos quieren quedar bien para que los llamen gobierno pluralista.

Los dirigentes perredistas tienen mejor trato cuando son oposición, que cuando gobierna el partido donde militan, es una verdadera paradoja ver como se sientan a la mesa y les dan un trato cortesano, con cafecito, galletitas y toda la cosa, salen triunfantes obteniendo apoyos para la gente que está detrás de ellos, no se diga cuando se trata de apoyos personales, que también saben cómo pedirlo a nombre de sus representados.

Ahora que el prd con sus más de cien mil votos será cogobierno local en Veracruz a partir del primero de diciembre del 2016, la apuesta debe ser, atender a todos sin descuidar a quienes aceptaron disciplinadamente la alianza y a los aliancistas, para sentir los efectos de un gobierno incluyente y así incrementar la preferencia electoral para el partido del cual muchos se dicen estar orgullosos por haber sido factor de cambio.

E caso contrario ese factor de cambio se volverá simbólico y puede ser debut, y despedida en la historia del pueblo veracruzano, con cien mil votos ni el pri aceptaría una alianza, porque en vez de sumar restarían votos, luego entonces es necesario que se trabaje a ras de suelo con el apoyo de un gobierno anhelado por la jarochiza, quienes esperan se les devuelva la tranquilidad y la estabilidad social, que les robo alguien que engañaron con el mote de gobernador y que solo anduvo en el jet set de la clase política estatal.

Para que los perredistas se sientan orgullosos de su gobierno, deben ser incluidos, no solo en la estructura gubernamental, también deben ser considerados no de palabra, si no de hecho, en las demandas cuyo rezago es histórico en la mayoría de los casos, trátese de la atención de la salud cuando no les alcanza para la intervención quirúrgica, medicamento y hasta hospedaje; en el tema de la educación ahora que las escuelas exigen útiles de marca,  con todos los accesorios que requieren los mentores para la enseñanza y sus cuotas excesivas; no se diga empleo el cual nos está vedado; y del problema alimentario, ¡sálvese quien pueda! después de escuchar con  morbo a los encargados de las diversas secretarias de desarrollo, sobre tan sentido tema; de la diversión mejor nos olvidamos, eso es tema para los medio pudientes.

Así que gobernante del cambio, tarea suficiente tiene para dar trato especial a los perredistas, esos que se entregaron en cuerpo y alma como si se tratara de un militante  de su partido, con todos y los asegunes que leyeron y escucharon por los adversarios que en motón se le echaron encima, con todo y lo que dijeron e hicieron, los perredistas de a pie se mantuvieron firmes a la hora de sufragar el voto para la causa aliancista.

adidas.johan62@gmail.com Lic. Inocencio Martínez Cortes