Viernes Contemporáneo.
Armando Ortiz Ramírez.
 

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Destituir a Flavino ya no soluciona nada; de todos modos él ya dejó de ser gobernador
2016-11-10

Pedir desde el Congreso la renuncia de Flavino Ríos Alvarado a unos 20 días de dejar el cargo sería una verdadera pifia para el nuevo Congreso que tiene cosas más urgentes que resolver. Hay que dejar que este sexenio termine. Hay que buscar que el nuevo gobierno inicie bien. Hay que procurar que aquellos que saquearon Veracruz no escapen. Hay que dejar muy en claro que los que aborden la nave del nuevo gobierno traigan las mejores intenciones. Hay que cuidar las manos a los políticos con quienes se alió el próximo gobernador, porque muchos de ellos fueron comparsa de Fidel Herrera y de Javier Duarte. Hay que trazar bien el camino para que no se haga tortuoso, hay que refundar Veracruz.


Causa tristeza que un político con una carrera como la de Flavino Ríos Alvarado sea echada por la borda a causa de un sujeto tan mediocre como Javier Duarte. Por supuesto que Flavino sabía quién era Duarte, no ignoraba la clase de sujeto que mantenía el poder. A Flavino Ríos Alvarado le tocaron varios reclamos justos de personas que habían sido estafadas por el gobierno. Flavino tuvo que darse cuenta de las acechanzas de Javier Duarte; claro que sabía que se estaba robando el dinero de los veracruzanos, pero prefirió consecuentarlo con tal de no dar la razón a quien también adoptó como su enemigo, a Miguel Ángel Yunes Linares. Flavino guardaba en lo recóndito de su egolatría el deseo de ser gobernador por más tiempo en caso de que el gobierno federal decidiera no reconocer el triunfo de Yunes Linares en las elecciones. Por eso alguna vez dijo que Yunes Linares no llegaría, no tanto porque lo supiera, sino porque lo deseaba.


En una entrevista que el Círculo Rojo del Periodismo Veracruzano le hiciera a Flavino Ríos, cuando todavía era secretario de Gobierno, nos dimos cuenta no de la institucionalidad que guardaba el funcionario público con su gobernador, sino de la complicidad. Flavino justificaba cada una de las locuras del Nerón veracruzano. Cada iniciativa de Javier Duarte tenía para Flavino Ríos una razón de ser. Cada una de las iniciativas que fueron echadas abajo por el equipo de abogados de Yunes Linares, Flavino las avaló, las consintió, las retorció, al final las lamentó. Conocía al dedillo cada iniciativa, hasta parecía que hubieran salido de su mente.


Hoy Flavino ya no gobierna Veracruz. Ya no tiene lugar donde gobernar y aunque él diga que puede hacerlo desde su teléfono, la verdad es que los 20 días que le quedan como gobernador interino se las va a pasar buscando señal Wifi en algún parque para desde ahí mandar mensaje a quienes todavía le hagan caso.


Es por ello que ya no tiene caso pedir la renuncia de Flavino, porque de alguna manera sería como hacerle un favor.


¡Qué manera de echar a perder una carrera política tan prestigiada y todo por un cretino como Duarte!


 


Postdata 1: Juan Carlos Molina quiere ser senador; pero no cumple sus compromisos


 


Qué pena que Juan Carlos Molina se haya comprometido frente a gentes honorables a cumplir sus compromisos y a pesar de eso poco le importó no cumplir con su palabra. Y es que el líder de la CNC en Veracruz está buscando por todos lados quedar bien, pero al final, por querer abarcar demasiado, no queda bien con nadie. Eso sí, anda de zalamero queriendo que lo presenten con personas a las que no tendría acceso por su propia reputación. Quiere ser candidato a senador, y sabe que no la tiene fácil, porque ya se dio cuenta que no basta con dinero para ganar una elección. Para poder aspirar primero tiene que cumplir sus compromisos. Él sabe lo que significa que le queden mal, ya por ahí su compadre Héctor no le cumplió a él y eso calienta.


 


Armando Ortiz                                                                      aortiz52@hotmail.com


 

 
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