Es tiempo, pues de que surja la posibilidad de que por primera vez, los partidos políticos y todos sus actores, se unan en una sola causa, la que sería rescatar a Veracruz, de las garras la ingobernabilidad, la intranquilidad y la inseguridad.
Se deben olvidar, por lo menos en esta etapa de reconstrucción, las pugnas políticas, los enfrentamientos personales y los desencuentros políticos que han hecho daño a los veracruzanos, en lo general.
Así como se han visto cuestiones totalmente inéditas en la vida política de Veracruz, bien podría caber la posibilidad de que se añadiera una más y ésta sería para bien de la entidad y de todos sus habitantes, es decir, que se llegara al consenso político y que se acordara un encuentro entre todos los actores políticos de Veracruz, sin importar siglas partidistas, creencias e ideologías.
Esta posibilidad sería la mejor muestra de que todos los partidos y organizaciones políticas que operan en Veracruz, de verdad quieren y se interesan por un Estado, que ha sido de todos, que ha dado miles de oportunidades para todos los sectores sociales y donde todos han compartido su historia.
Se ha llegado pues, la hora en que la unidad debe ser el principio del salvamento de este gran Estado, donde nos ha tocado vivir. Es el momento preciso para demostrar ese gran compromiso que siempre se ha manejado en todos los discursos, en todas las acciones gubernamentales y en todos las exigencias de la propia sociedad.
Por primera ocasión, los intereses personales deben quedar al margen para dar paso al fortalecimiento de la entidad, de todos sus sectores, de todos sus estratos sociales y generar, en cambio, el desarrollo sostenido para que resurja la fuerza política, económica y social, que en estos momentos ya se ha perdido.
Este sería, en todo caso, el llamado al Gobernador interino, al futuro Gobernador constitucional, a los Senadores de la República, a los Diputados federales y locales, a los líderes y dirigentes de partidos políticos, a los empresarios, a las diversas organizaciones sociales, a la misma iglesia, al sector privado, a los políticos en general, a toda la población, para que unidos se participe en un proyecto conjunto para rescatar a este Estado, que a pesar de todos los golpes que ha recibido, sigue siendo una entidad fuerte, pujante, con amplias riquezas que lo hacen tener, efectivamente, todo.
Que se vea una gran manifestación por Veracruz, y nada más.
Los veracruzanos, quieren eso, lejos de la confrontación estéril y lejos de todos los problemas que se han generado. Es tiempo de resolver las grandes carencias que se tienen, porque nadie va a venir a hacer aquí, lo que nosotros mismos podamos hacer por Veracruz.
Sil olvidar la unidad que debe permanecer en torno a la federación, es tiempo de no pensar, solamente, en la paternidad federal, porque ya lo hemos visto, allá, en el altiplano, no hay interés por ayudar a Veracruz, ni en la persecución de los delitos, ni en la aprehensión de los que han dañado a Veracruz, ni el interés por generar recursos para su rescate.
Veracruz, no puede continuar en estas condiciones.
Veracruz, es el estado de todos y por lo tanto, es tiempo de ver con quien se cuenta y quienes son los que verdaderamente quieren a esta entidad.
¿Quién tomará pues, la iniciativa, para hacer de esta propuesta, una realidad?.
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POR FORTUNA, el Sacerdote de Catemaco, José Luis Sánchez, ha aparecido sano y salvo, aunque un poco maltratado por quienes fueron los autores de su secuestro.
Sin embargo, los disturbios que se cometieron en la sede del gobierno municipal, con el aparente motivo de protestar por la desaparición del ministro religioso, fueron excesivos.
Se advierte la posibilidad de que en estos hechos, haya más que una protesta por la falta de seguridad, más bien podría entenderse que los grupos políticos que se armaron de valor para generar destrozos, hayan obedecido a intereses particulares contrarios al alcalde Jorge Alberto González Azamar, quien se había ausentado de su responsabilidad, para venir a protestar, también, a la ciudad de Xalapa, en busca del pago de recursos pendientes de su municipio. Eso, se dice.
González Azamar, no ha sido, que se sepa, un buen alcalde, muy a pesar de que ha repetido en tres ocasiones y quizá una cuarta ocasión más, si lo dejan.
Esto, sin duda alguna, ha generado inconformidades que ahora toman revancha, aunque demasiado graves para un asunto de protesta social, en la que, aparentemente, se convirtió el motivo de la manifestación.
Como quiera que sea, un buen susto se ha llevado el alcalde González Azamar, por andar más tiempo del debido en otros asuntos, dejando su responsabilidad en el municipio, que gobierna.
Lo importante, sin duda, es que el Sacerdote, apareció con vida, aunque las acciones legales, tendrán que ser emprendidas en contra de quienes aprovecharon la circunstancia y se fueron en contra del munícipe, pues hasta su propia casa, según refiere el mismo funcionario municipal, fue saqueada.
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SE HABLA PERMANENTEMENTE de una riqueza descomunal que logró amasar el casi Ex gobernador del Estado, Javier Duarte de Ochoa, ya sea en cuentas bancarias o bienes adquiridos por sí y a través de diversos prestanombres en Veracruz, el país y el extranjero.
Se ha detectado esta riqueza, compuesta, supuestamente, por recursos ilícitos, derivados de su gobierno.
Sin embargo, no se ha procedido a incautar estos bienes, aunque se sabe que las cuentas bancarias ya fueron congeladas, hasta en tanto no se resuelven las acusaciones en su contra.
Dice bien, el Maestro José Álvarez Montero, que el gobierno federal, debe actuar de inmediato, sobre todo, para rescatar parte de la riqueza de Veracruz, que se ha desviado para cuentas y patrimonio personal del Gobernador, todavía, con licencia, Javier Duarte de Ochoa.
Pero, todavía, mucha más razón, tiene el estimado Maestro, cuando afirma que estos bienes podrían ser devueltos al gobierno veracruzano, para que de esta manera, salir, en cierta forma de los graves compromisos que ha dejado la pasada administración.
Se corre el riesgo, como bien lo ha mencionado el académico de la Universidad Veracruzana, que estos bienes puedan ser incautados por gobiernos extranjeros, donde el gobernante en fuga, haya invertido.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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