Místicos y terrenales.
Marco Antonio Aguirre Rodríguez.
 

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Veracruz, una elección donde el gobernador metió todo
2017-06-08

  • Veracruz, municipio, donde más abstención hubo

  • Perote, donde Morena y el PAN se alían


Miguel Ángel Yunes Linares dice en entrevista que las elecciones en Veracruz tuvieron una participación ciudadana de “casi” un 60%. Lo dice muy orgulloso, muy ufano, muy sonriente.


“Tuvimos las mejores elecciones en la historia de Veracruz, pésele a quien le pese”, presume.


Y luego dice: “El gobierno del estado no intervino en el proceso electoral…” 


Y ahí su afirmación empieza a caerse, porque fue el mismo Miguel Ángel Yunes quien designó candidatos en la mayoría de los municipios del estado, sobre todo los grandes. Por ejemplo Veracruz, la candidatura de Fernando Yunes se impuso sin dejar que nadie, absolutamente nadie, la pudiese disputar. En Xalapa, se le dio la nominación a Ana Miriam Ferráez, por compromisos diversos, aún cuando no era la mejor carta para competir; lo más evidente fue la candidatura en Pánuco, para el grupo de Ricardo García Guzmán; o el caso Córdoba, donde impuso a la herencia del duartismo, con Leticia López Landeros, manejada por José Abella, el hoy vociferante dueño de El Buen Tono; u Orizaba, donde fue el hermano de uno de sus funcionarios, Daniel Zairick; o Coatzacoalcos, donde maniobró para colocar a otro miembro prominente del fidelato, Jesús Moreno; o Alvarado, donde colocó a la esposa del actual presidente municipal, Marliz Platas, y también miembros prominentes del fidelato; o Antonio Mansur Oviedo, en fortín, de la familia de los “amigos personales” de Javier Duarte; o el caso de Ixtaczoquitlán, donde colocó a Miguel Ángel Castelán Crivelli, para que todo ese grupo del PRI se fuese del lado del PAN.


En fin, el recuento de expriistas, ligados al fidelato, y hasta socios de los exgobernadores de ese grupo, podría seguir.


Todos esos fueron puestos por Miguel Ángel Yunes, o ¿acaso los militantes panistas de cada municipio de repente decidieron postular a sus antiguos enemigos y alinearse ante ellos, para que además los dejaran fuera de las elecciones?.


Yo creo que no.


Ahora, existen las evidencias de cómo antes de las elecciones en Veracruz ciudad, había camionetas con el logotipo de la Sedesol-Veracruz repartiendo despensas, ¿O esas fueron ilusiones ópticas?, ¿fotomontaje, acaso?.


Pero bueno, Miguel Ángel Yunes dice que el gobierno del estado no intervino, pero nada dijo del gobernador.


¿Qué estas fueron unas elecciones limpias?.


Tal vez, por eso hay tanto enojo en algunos municipios y los señalamientos que existen de personas comprando el voto a veinte metros de la casilla, adultos mayores que fueron llevados hasta las casillas e introducidos en las mamparas por otras personas, operadores de programas de gobierno con listas en mano, taxis que se formaron para recibir un pago y un territorio a cubrir para transportar a votantes, camionetas sin placas con civiles a bordo acechando a las  lideres priístas de las colonias, todo eso –con seguridad- son leyendas urbanas.


Ah, y faltó otra leyenda urbana en Veracruz municipio: Miguel Ángel Mariscal, el líder de colonias a quien no metieron a la cárcel y que ahora apoyó al PAN en la elección pasada.


Sí, como nada de esto pasó, estas fueron unas elecciones muy limpias.


VERACRUZ, MUNICIPIO, DONDE MÁS ABSTENCIÓN HUBO. Otra de las cosas que Yunes Linares “presumió” fue que “voto casi el 60% de la población, que es una votación propia de países desarrollados… chequen ustedes”.


Aunque, para ser precisos, el PREP arrojó una participación de un 58.78%.


¿Este es un porcentaje de países desarrollados?.


Durante la última elección en Francia, se dolieron porque hubo una abstención del 22.63%, esto es, que participó el 77.23% del electorado. Mucho más de lo que hubo aquí.


En Guatemala, un país del tercer mundo, aquí al ladito de la frontera sur del país, allá donde tienen guardado a Javier Duarte, en las últimas elecciones presidenciales el porcentaje de votación fue de un 78%; más que en Francia, incluso.


Para más rápido, un recuento del Centro Pew, de EEUU, apunta que la participación electoral fue de 87.2% en Bélgica, 82.6% en Suecia, 80.3% en Dinamarca, 80% en Islandia, 77.9 en Noruega.


Pues no, el nivel de participación electoral alcanzado en Veracruz está lejos, hasta muy lejos, de los países desarrollados.


Ya está checado, para no mentir.


Del abstencionismo que se presentó en el estado, un dato más que llamativo es que donde menos participaron los ciudadanos fue en Veracruz, municipio; sólo hubo el 43.40% de los votantes.


Aunque, para ser sinceros, la zona conurbada Veracruz-Boca del Río-Medellín, tuvo un nivel de participación muy bajo. En Boca del río fue de 49.56% y en Medellín de 46.24.


Pero vámonos con el caso extremo, Veracruz. Ahí Fernando Yunes ganó con la mayor votción obtenida en el estado, 100,359 sufragios. Sin embargo, resulta que el listado nominal (las personas que tenían posibilidad de votar) eran 423,860.


Así pues Fernando Yunes llega a la alcaldía con el apoyo de menos de una cuarta parte de la población de Veracruz.


Esto es una de las causas por las que urge una segunda vuelta en nuestro sistema electoral, para que quien llegue al gobierno, lo haga con el respaldo de la mayoría, por lo menos que sí asisten a votar.


Va a tener que buscarla legitimidad, con urgencia, igual que todos los alcaldes electos, de todos los partidos, porque ninguno tiene una mayoría real.


Hipólito Rodríguez, el candidato ganador en Xalapa, tiene la segunda votación más alta, con 163,339 votos, pero estos apenas son el 46.79% de los que podían votar; tampoco tiene mayoría.


PEROTE, DONDE MORENA Y EL PAN SE ALÍAN. En Perote está ocurriendo algo raro.


El candidato de Morena, Baruch Ortíz Herrero, se está aliando en la etapa postelectoral con los hoy panistas y antes priistas, esos mismos que han dicho mil y un cosas de Andrés Manuel.


Baruch Ortíz quedó en el tercer sitio de la elección municipal, después de que arrancó la misma llevando la delantera.


En su pasado político existe una militancia en el PAN, en sus juventudes, producto de que su papá fue un ferviente y conocido impulsor de ese partido en Perote; tal vez por eso ahora busca aliarse con los nuevos panistas.


Pero lo más raro es que ahora se alía con quienes lo bloquearon cuando quiso brincar al PRI, porque sentía que sus posibilidades de llegar al poder en el PAN eran nulas: Juan Manuel Velázquez Yunes, Paul Martínez Marie y los hermanos Arcos, captados todos por Miguel Ángel Yunes, el gobernador que no metió las manos en estas elecciones.

 
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