Acontracorriente.
Manuel del Ángel Rocha.
 

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En los debates, lo mismo, todos contra AMLO
2018-05-22

Dentro  de las campañas que cada candidato desarrolla  para posicionarse en el ánimo del electorado, las agendas, las encuestas, los discursos, los  desplantes, la propaganda, los mítines, y los debates, son parte, entre otros elementos formales de su estrategia, además de los apoyos de los grupos  (que desde su trinchera también participan), para   impactar en la opinión pública que se encargará de pregonar en su entorno inmediato, y mediato al supuesto  vencedor. 


En esta elección concurrente  están en juego más de 3400 puestos de elección popular, donde   Andrés Manuel López Obrador, candidato a la presidencia  por MORENA,  tiene a mes y medio de la elección, por lo menos el 15% de ventaja sobre Ricardo Anaya, candidato del PAN-PRD-MC. Entre los poderes que se renovarán están  el Ejecutivo, el Legislativo, nueve gubernaturas, diputaciones locales y también muchas alcaldías, donde también las preferencias electorales se muestran para los candidatos de MORENA. 


Desde hace tres años que a este partido  le fue otorgado el registro, ha mantenido un ascenso vertiginoso en la aceptación de la ciudadanía a nivel nacional. Su líder Andrés Manuel,  es el candidato antisistema que se ha opuesto a los últimos gobiernos definidos en términos de libre mercado, como neoliberales. Este es un grupo económico-político que el tabasqueño ha bautizado como la “mafia del poder”, y que durante los últimos 30 años han incrementado su poder cupular, ensanchando, contradictoriamente  la marginación social. 


La gran mayoría  de mexicanos en condiciones de precariedad,  son quienes tienen puestas sus esperanzas en AMLO para  que haya un cambio radical y pueda elevarse su nivel de vida. La filosofía   del actual  gobierno radica en que los productos o mercancías sean liberalizados, y el mercado, sin intervención  gubernamental, les fije  precio. Que sea el mercado  quien regule  la vida económica del país, mismo que es tutelado por un capitalismo salvaje   dependiente del comercio  globalizado, que ha creado en todo el mundo un desempleo inhumano, y con ello oleadas de  migrantes encaminan sus pasos hacia los polos  succionadores de vida, de fuerza de trabajo (de desarrollo, según los ideólogos neoliberales), Estados Unidos y Europa,  para desde ahí mitigar un poco su raquítica vida. 


 La desigualdad social y la pobreza, es el resultado de los  gobiernos del PRI y el PAN, que se han alternado el ejecutivo los últimos 30 años, sin que haya habido cambios para esa población. Al contrario,  otra quimera se ha apoderado del país: La inseguridad y la violencia. No hay región ajena a este flagelo. No hay rincón de México que esté exento del crimen organizado, y no hay prácticamente una familia que no hayan sufrido la pérdida de un familiar, el latrocinio, la extorsión, el levantón o el secuestro de uno de sus miembros. Esta es la triste realidad de nuestro entorno. 


Lo peor  de ese contexto,  es que la dupla de partidos, esto es el PRIAN, como los identifica López Obrador, están lejos de querer dejar el poder. En su intento por retenerlo, no han dejado de llamar  “populista” al tabasqueño, y compararlo con Hugo Chávez y Nicolás Maduro,  caudillos venezolanos da la Revolución  Bolivariana, que a los neoliberales causa urticaria, porque han sido expulsados de los ricos yacimientos petrolíferos del país sudamericano.


Por ello también el segundo debate realizado entre los candidatos presidenciables, muestra que a pesar de las supuestas diferencias   entre el PRI y el PAN, el adversario es AMLO. No parecen enterarse de la profunda indignación de los mexicanos en contra de sus partidos y sus gobiernos. No les  importa la corrupción e impunidad en que han sumido a México, como tampoco  la  violencia e inseguridad que padecen  miles de mexicanos. Sus intereses están entre los grandes grupos económicos, aunque se esfuerzan por exteriorizar su aparente  malestar por  la condición de los paisanos, que a la fecha, no han variado su preferencia hacia López Obrador. 


Con un Andrés Manuel  en la estrategia  de “fajador”,  en esta ocasión también exhibió a la dupla del PRIAN, que como puntero ya no se dedicó a administrar su ventaja, sino  atacó  y contraatacó. La tesis de fundar un buen gobierno, honesto, transparente, le sigue acarreando simpatizantes. Su desplante de presidente en funciones, desestabiliza a sus contrarios. Ese es el punto donde la agenda nacional es de AMLO. Donde a los millones de mexicanos deja una sensación de seguridad. Tiene gabinete, un grupo y plan de trabajo. Personajes importantes y una agenda  marcando los pasos que el país está siguiendo. Sin duda, solo falta la votación.

 
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