Quien haya estado cerca de Movimiento Ciudadano no se sorprende por lo cosechado en las urnas. Este partido no anda improvisando. Juegan a largo plazo, sí, pero con un ingrediente que muchos otros partidos no se atreven a usar: trabajo en equipo.

Volteen a ver al PRI… al mismo Morena… ¡al PAN! O al Verde donde parece uno dirigente, aunque otro es el que manda… o donde uno vive del apellido vendiendo solo humo soñando con el 2030 sin más mérito que su “Alcurnia”...

MC sabe que esto no es solo sumar por sumar… es construir desde abajo y con los mismos ladrillos desechando el escombro… o el retazo.

Cambiaron de dirigente estatal, sí, pero el proyecto siguió firme como buen tequila añejo. En MC, las corrientes internas no se pelean como en lavadero de vecino, fluyen en una sola dirección, y al que no le guste… pues ya vieron los resultados.

Sergio Gil, Luis Carbonell, Dante Alfonso, la jueza Angélica, Elena Córdova, Ivonne Trujillo, Román Moreno, Zarrabal, Herrada y toda una bola de ciudadanos que sí entienden de qué va el juego, saben que el paso dado en 2025 no es la meta… ni el 2027, donde ya hay avance. Lo de ellos es el 2030. Se los dije y se los repito: el proyecto es de resistencia, no de relámpagos.

La verdadera sorpresa fue el PT, ése que muchos daban por cadáver político, resucitó como Lázaro yendo en solitario. Se coló al cuarto lugar, cerquita del PAN y bien lejos del PRI, que parece andar extraviado en el mapa electoral a pesar de mantener en el colectivo, ese cuento de Augusto Monterroso: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”.

Morena haría bien en echarle un ojo a su ex aliado, no vaya a ser que les convenga reconciliarse. Porque con el Verde… bueno, ése parecía más bien rémora de Tiburón Blanco. Todos miran al gran depredador, pero nadie se percata de ése que va pegadito esperando que le caigan las migajas.

Lo de Xalapa es un escandaloso ejemplo: el Verde apenas rascó el 3% de la votación. A duras penas le alcanza para una regiduría, y eso, con calculadora en mano y un poco de fe.

En resumen: el Patito Feo llamado PT terminó volando más alto que el Verde, el supuesto aliado de lujo que acabó en el fondo del estanque.

Y mientras tanto, más allá de los números, los memes y los pleitos de café, la Gobernadora Nahle se prepara para gobernar Veracruz con la mitad del estado pintado de guinda y verde, y la otra mitad vestida de azul, tricolor y naranja. Sí, podrá presumir que dialogará con los 212 alcaldes, pero otra cosa es que lo haga… Ahí sabremos si su gobernanza es de a deveras o nomás de discurso.