La Ley de Telecomunicaciones de México, nos acerca peligrosamente a modelos de vigilancia propios de estos países, muy alejados de los estándares de respeto a los derechos humanos y la privacidad que se esperan de una democracia.
Y para no ir tan lejos, consideremos la situación en *Cuba, Venezuela y Nicaragua* que es sumamente relevante para entender la magnitud de la preocupación. Estos tres países, a menudo calificados como autoritarios o con graves déficits democráticos, han implementado modelos de control gubernamental sobre las telecomunicaciones y el acceso a la información que vulneran sistemáticamente los derechos digitales y la libertad de expresión de sus ciudadanos.
Queda claro que la dirección que toma la Ley de Telecomunicaciones en México, con sus disposiciones de vigilancia y control sin contrapesos judiciales, establece un paralelismo inquietante con las herramientas y prácticas que caracterizan a los regímenes que han restringido severamente las libertades de sus ciudadanos en América Latina y el mundo.
Hoy tristemente una gran mayoría está adormecida bajo el encantamiento de algún programa social y lo que pueda suceder no les importa. Otros, aletargados por el adoctrinamiento aplauden emocionados sin cuestionar ni una letra de las nuevas disposiciones.
Los demás, preocupados observan los *buitres en el alambre,* conscientes de que su silencio de hoy puede salvarles la vida, pero, condenar con ello a la esclavitud a las siguientes generaciones. Porka Miseria. |