La inflación llegó al 3.74% en la primera quincena de septiembre, arriba del 3.65% de la quincena pasada. Eso sí, cuando menos si quitamos todas las cosas volátiles como la comida, podría verse que le inflación sigue su ritmo. El problema es que esos factores variables les pegaron duro a los mexicanos en el último mes y propiciaron la caída del crecimiento de México.
Las Escuelas privadas, por ejemplo, subieron las colegiaturas, inscripciones y libros -un duro palazo al ingreso familiar y no pocos cayeron en manos de las tarjetas de crédito-. Pero no solo eso, la alimentación -pollo y la carne de res- servicios, transportes, vestido, rentas y bienes electrónicos y de línea blanca siguen a la alza.
Por ello es que en el mismo Banco de México hay serios desacuerdos con las políticas económicas tomadas. El subgobernador Jonathan Heath se ha opuesto constantemente a las rebajas de la tasa de interés al decir: “Se enfrentan dificultades para consolidar una clara trayectoria descendente de la inflación. Por el momento, esto demanda mantener el nivel de restricción monetaria y ser más cautelosos“, dijo en la reunión mensual de agosto.
Pese a eso, la mayoría le echó montón y su opinión se guardó en el cajón de las opiniones desechables y el Banxico no solo realizó un nuevo bajón al 7.5%, sino que no descarta más ajustes antes de terminar el año.
Lo peor es que solo el pueblo es el que se da cuenta de lo anterior, y pronto podría cobrar la factura silenciosa en las urnas.
Está Usted informado. www.politicaaldia.com
Síganos en nuestras redes sociales @PoliticaalDia, @AtticussLicona, @frlicona |