El gobierno que Andrés Manuel López Obrador encabeza se ha empeñado en buscar la anhelada soberanía en materia energética, es decir, tener un modelo de producción autosuficiente con el que puedan dejar de depender de la importación de gasolinas. Por ello es que uno de los proyectos insignia de esta administración es la cuestionada refinería en Dos Bocas, Tabasco. Desafortunadamente para nosotros, esta búsqueda es, además de imposible, muy costosa.

Y es que no sólo es a través de dicho proyecto que se persigue esta obsoleta idea, sino que hay otras vías, todas financiadas con nuestros impuestos, claro está. Hace unos días se dio a conocer por medio de laMiscelánea Fiscal 2021 que la Secretaría de Hacienda está preparando un aumento al Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS). Aunque lo están intentando disfrazar bajo el nombre de una «cuota complementaria», es evidente que el fin de este tributo representa un impacto directo al precio de las gasolinas y, con ello, a los de la canasta básica.

En los últimos dos años, el presidente ha tenido una especie de suerte con el manejo de los precios de las gasolinas, pues gracias al reciente conflicto de la Organización de Países Exportadores de Petróleo(OPEC por sus siglas en inglés) y a la pandemia, los costos han bajado, pero lo que mucha gente no sabe es que pudieron haber bajado más. ¿Recuerdan cuando la gasolina estuvo por debajo de los 15 pesos en la media nacional?, pues sin el IEPS el costo hubiera sido de casi 5 pesos menos. Por ejemplo, en el estado de Veracruz los precios rondaban los 17 pesos por litro, pero sin el IEPS, nos hubiera costado 12 o 13 pesos, aproximadamente.

Ahora bien, ¿de qué trata la dichosa “cuota” que Hacienda está planteando? En términos simples, es una especie de blindaje para que el contribuyente no deje de pagar impuestos y el gobierno pueda mantener una recaudación fuerte a través de los combustibles. Esto significa que, si el precio del petróleo vuelve a bajar, cosa que constantemente sucede por la volatilidad de este mercado, el IEPS aumentaría para que el precio de las gasolinas se mantenga o incluso suba. Analistas financieros y energéticos estiman que dicho aumento sería de 1 a 1.50 pesos. Lo anterior generaría inflación y, por ende, aumentarían también los precios de los productos de la canasta básica. Esta propuesta debe pasar por ambas Cámaras (diputados y senadores), por lo que sigue en análisis. 

¿Qué están analizando realmente? Porque no es tanto el aumento del impuesto lo que les preocupa, sino el costo político. Obrador y su equipo saben bien que un “gasolinazo” en plena temporada electoral les restaría bastantes puntos de aprobación, no obstante, esta recaudación es vital para mantener a flote los programas sociales, pues ahí es donde está el voto duro de MORENA. El problema para ellos radica en que no hay dinero, los estragos de la pandemia apenas se están viendo, y desafortunadamente, aún no pasa lo peor, ni en el ámbito económico ni en el sanitario.

Entonces, ¿cuál es el plan? Fuentes cercanas a quienes se están encargando de esta maniobra indican que el planteamiento será: sí aprobar el “gasolinazo”, pero con una condicionante para que no entre en vigor a partir del primero de enero de 2021, sino que se aplique hasta después de las elecciones. Así, el gobierno queda bien con los programas sociales y, después del voto, iniciaría la recuperación en materia fiscal.

En resumen, los afectados seremos los de siempre, la gente productiva que paga impuestos. Están sorteando nuestro dinero para mantener la popularidad necesaria para seguir en el poder, pero estos recursos no son infinitos. Insisto, el golpe económico que la pandemia nos está dando aún no se ve enteramente reflejado; lamentablemente, se perderán más empleos y habrá mayores afectaciones para las pequeñas y medianas empresas. En pocas palabras, habrá más pobreza y, entre más pobres haya, menos dinero van a poder recaudar.

Y en vez de que este gobierno se preocupe por lo anterior, por ayudarnos a salir de la crisis, está enfocado en conseguir votos… El escenario del futuro próximo es, si no corregimos el rumbo, desesperanzador…

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