Las dos cosas son ahora un serio problema.
Por una parte, difícilmente, los gobiernos nacional y estatal, podrán cumplir con las expectativas de los trabajadores mexicanos, pues tan solo en Veracruz, las estadísticas muestran que andan por ahí alrededor de diez mil veracruzanos, que antes de este gobierno, tenían una fuente de ingresos para mantener a sus familias y que hoy, gracias al gobierno del cambio, ya no tienen ni para comer.
Y eso es una verdad absoluta.
Nadie puede negar, incluso, la misma administración estatal, que miles de veracruzanos, fueron despedidos injustamente, sin deberla ni temerla, sencillamente, porque las nuevas directrices gubernamentales así lo indicaron.
Veracruz, por todos los rincones donde se le quiera ver, es una especie de campo minado, donde hay que andar con cuidado para no encontrarse un fatal estallido donde se pierda la vida.
Y es que, para la mayoría de las autoridades, la violencia es un fenómeno de todas partes y que por lo tanto, se debe aceptar tal cual es, sin entender ni estudiar a fondo las condiciones en que viven la mayoría de los habitantes de esta entidad.
Ya señalamos en algún momento, que hay muchas razones para que los veracruzanos, se encuentren en serios aprietos para vivir. Nadie ha hecho caso, por ejemplo, de establecer políticas que vayan dirigidas a los padres de familia para evitar que sigan procreando hijos que, como todos sabemos, crecerán en un ambiente negativo y que más tarde servirán, en muchos de los casos, para engrosar las filas de la delincuencia, porque no encontraran apoyo del gobierno ni de ninguna organización para poder dedicarse al trabajo que les acomode, siempre y cuando éste sea legal.
Por lo pronto, hay necesidades urgentes que atender y todo parece lo contrario, es decir, buscamos que la sociedad se vaya acomodando sola y que no tenga ni siquiera rectoría del Estado, por cuanto corresponde a apoyarla para encontrar mejores condiciones de vida y de trabajo.
En lugar de establecer empresas, buscar soluciones entre los grandes inversionistas, los gobiernos solo se han limitado a gobernar con lo que tienen y a enfrascarse en pleitos personales, dimes y diretes, amenazas y demás lindezas que durante estos recientes meses hemos escuchado en todas las direcciones a las que uno se dirija.
Veracruz, por lo tanto, no tienen a donde ir.
Se encuentra paralizado, desolado y sin rumbo fijo que determine, cuando menos, el camino que seguir.
Los cambios siempre han sido buenos y eso es lo que esperaban la mayor parte de las familias veracruzanas, pues habiendo salido de gobierno desastroso, lo que se anhelaba en todo Veracruz, era, precisamente, un nuevo sentido del gobierno, una nueva esperanza que moviera a la entidad, con mejores condiciones de vida y una mejor perspectiva de futuro.
Nada, por ahora, es lo que se ha presentado. Seguimos en las mismas condiciones.
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ESTANDO DE ACUERDO, tanto gobierno, como las familias poderosas económicamente, de Veracruz, especialmente en esta capital veracruzana, han decidido que el candidato de la coalición PAN-PRD, sea el Ex presidente municipal de Xalapa, David Velasco Chedraui.
Hay de por medio profundos intereses políticos y económicos, los cuales se han puesto, también, de acuerdo para que en la próxima contienda político electoral, en busca de la alcaldía xalapeña, se gane a través de un hombre que ya conoció el panorama municipal de la ciudad y que tiene, por ese solo hecho, cierto conocimiento de las estrategias que se aplicaran, primero, para obtener la victoria y después para afianzar un proyecto político que se ha venido demeritando poco a poco.
Así, de esta manera, dejan fuera las aspiraciones de un empresario de la ciudad que anduvo desde hace tiempo, buscando la posibilidad de gobernar en Xalapa, tan solo como un honor y dejar huella de que su familia contribuyó al desarrollo de esta ciudad, la que, como en el caso del empresario Ricardo Ahued Bardahuill, les ha dado mucho, lo que los mueve, sin duda alguna, a dejarle a Xalapa, una especie de agradecimiento por haberlos cobijado tanto tiempo.
De esta manera, Nicanor Moreira, que buscaba el apoyo de la coalición y en la cual se registró para poder contender en las próximas elecciones municipales, se ve obligado a buscar otras alternativas de participación, porque, como se sabe, no se ha echado para atrás y esta, sin duda alguna, en busca del mejor camino para entrarle de lleno al trabajo que había iniciado con mucho entusiasmo.
Quizá, lo mismo, este haciendo Ana Mirian Ferráez, quien anduviera haciendo bastante ruido, del bueno, para poder entrar en esta contienda, la que considera importante en su vida, pero que se ha visto obstaculizada.
La pregunta, desde luego, surge entre los propios ciudadanos capitalinos, quienes piensan que los dos personajes anteriormente mencionados, podrían sumarse a otros proyectos políticos, pero, ¿A quién?.
Esa es la duda.
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Y PARECE QUE JOSE Alejandro Montano, quien será, sin duda, el candidato del PRI, a la Presidencia municipal de Xalapa, le dio al clavo, cuando en el discurso de ayer, en la explanada de la sede priista de Veracruz, celebrando los ochenta y ocho años de existencia tricolor, dijo claramente que la sociedad en la que vivimos espera que sus partidos políticos respondan a sus demandas. Y ese parece haber sido lo más importante de su mensaje político, porque hasta el momento se han dado una serie de promesas que no se han cumplido y que los sectores están esperando que se concreten a tres meses de la nueva administración.
Más claro ni el agua.
Por eso, consideró que siendo su partido político, oposición en la actualidad, no se debe bajar la guardia.
Y tiene razón el aspirante a la alcaldía de la ciudad, pues si los priistas se ponen la camiseta tricolor, seguramente que habrá resultados positivos, ahora que el mismo partido político lo necesita.
Son tiempos de política, tiempos de proponer, más no de prometer, porque las palabras se las lleva el viento.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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