Lejos de presentar propuestas claras y viables, los contendientes de la oposición centraron su intervención en descalificaciones personales, acusaciones sin sustento y ataques que, por su naturaleza y tono, rozan peligrosamente los límites de la violencia política en razón de género.
No se trató de un ejercicio de contraste de proyectos, sino de un intento coordinado por restar fuerza a una candidata con trayectoria sólida, una propuesta seria y un respaldo ciudadano que va en aumento.
En este mismo espacio le adelante hace ya algunas semanas sobre el encuentro entre los candidatos opositores para conformar el TUCOD (Todos Unidos contra Daniela), desarrollado en el restaurante de una conocida tienda departamental de la capital.
Ahí el acuerdo fue ese, sabedores que no podrían competir en igualdad por la alta preferencia que significaba la marca Morena y el nivel de aceptación social que traía su candidata tras su paso por el Instituto de Pensione del Estado (IPE), la intensión era, el que pasará mejor posicionado ese ayudaba a los demás y los jalaba de alguna manera, a fin de centrar todo el impacto negativo en la candidata oficialista.
Pero con lo que no contaban estos paladines de la democracia y sus super asesores, es que Daniela Griego no es una improvisada en la política. Su paso por el IPE evidenció su capacidad de gestión con visión social y resultados concretos.
Es justamente ese liderazgo firme y cercano el que ha generado preocupación en sus adversarios, quienes, ante la imposibilidad de remontar en las encuestas por medio de ideas, han optado por campañas de desprestigio y rumorología.
La ciudadanía xalapeña debe estar atenta. En tiempos de campañas, las redes sociales se inundan de noticias falsas, medias verdades y chismes disfrazados de periodismo. Es fundamental que la población exija a quienes aspiran a gobernar respuestas claras a preguntas concretas: ¿Cómo resolverán los problemas que plantean? ¿Dónde implementarán sus propuestas? ¿De dónde saldrán los recursos para llevarlas a cabo?
Las propuestas vagas o los ataques personales no pueden ser sustituto de un verdadero plan de gobierno. La desinformación solo beneficia a quienes no tienen la capacidad de convencer con argumentos y buscan sembrar confusión entre el electorado. Por ello, es urgente que la sociedad se involucre activamente, contrastando información de fuentes confiables, participando en los foros ciudadanos y exigiendo un debate público basado en ideas, no en ataques.
El debate en Xalapa nos deja una lección clara: cuando una candidatura representa una amenaza real para los intereses del viejo régimen, la reacción es inmediata y agresiva. Pero también deja ver que, pese a los embates, hay una ciudadanía cada vez más consciente de su poder, que sabrá distinguir entre quienes proponen y quienes solo descalifican.
Al tiempo.
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