Pero la política mexicana tiene ese talento especial para echar a perder lo que funciona. Lo que empezó como semillero de talento se volvió rancho de compromisos: el amigo fiel, la esposa del dirigente, el cuate que perdió la alcaldía y había que acomodar o cualquier “Impresentable” o “Indeseable”.
Ojo! Esto no fue exclusivo del partido en el poder… también la Oposición incurrió en eso… sólo recuerden cómo llegó Alito Moreno… o en el caso del partido en el poder, hasta René Bejarano…
Así, el prestigio del pluri se fue por el caño y lo que antes era un espacio de lujo se convirtió en sala de espera para los recomendados.
Para el Pueblo bueno y sabio, la propuesta de desaparecer esta figura por parte de la Presidenta Sheinbaum misma que inició el ex presidente Andrés Manuel López Obrador, suena bien en este momento… en este momento en que son Poder Absoluto, Mayoría Aplastante, Poder Total…
¡Claro! Y para que no duela tanto, y para que vean que Morena no es gacho ni gandalla, tienen una propuesta en el nuevo “milagro democrático”: la Segunda Mayoría.
Sobre el papel, suena como idea brillante: que el segundo lugar tenga más curules para “equilibrar” con el ganador. Pero aquí podría haber una lectura entre líneas… ¿No será más bien una democracia VIP, con mesa reservada para dos partidos? Uno que manda y otro que aplaude con cara de pocos amigos. El resto, los que no tienen maquinaria ni presupuesto, podrán mirar desde la banqueta cómo se reparten el menú.
La Segunda Mayoría, mal entendida, no es equilibrio: es un dueto forzado, un “tú cantas y yo te hago segunda” que terminaría convirtiendo al Congreso en un karaoke de dos voces. Y lo peor, con la playlist cerrada: Pura trova, nada de rockandroll.
El plurinominal, en su origen, nació para sumar pluralidad y talento. Hoy, lo quieren enterrar o vestir de Segunda Mayoría, pero en ambos casos, la consecuencia es la misma: menos voces, menos debate… y un México que escucharía cada vez a menos y a los mismos de siempre. En resumen, pasaríamos extrañando a un Congreso donde los pluris metían cerebro, a uno donde la Segunda Mayoría podría meternos un reality político… con final anunciado. Y el regreso del Partidazo. |