La verdad, la política se ha demeritado tanto que las ocurrencias en las que caen algunos funcionarios resultan catastróficas, inadmisibles y evidencian la falta de capacidad política y de conocimiento sobre lo que significa estar en el Congreso: legislar y proponer iniciativas que permitan una mejor calidad de vida para los ciudadanos.

 

Victoria Gutiérrez, más que torpe, parece salida de una parodia o una caricatura. La legisladora veracruzana, o andaba pasada de copas, o bajo algún otro efecto, pues se atrevió a decir en tribuna una sarta de ocurrencias que insultan la seriedad del Congreso y la inteligencia de los veracruzanos.

 

Aseguró que en Veracruz se construyó una nave para ir a Marte, y que incluso pidió que se promocionara allá el café veracruzano. Dijo también que científicos veracruzanos habían desarrollado esa nave para llegar al planeta rojo.

 

De verdad da vergüenza tener este tipo de diputadas. Lejos de cumplir su papel legislativo, exhibe ignorancia y ocurrencias que la hicieron quedar en ridículo y confirman que hoy en día cualquiera puede ser diputado o diputada. Por eso el país está como está. Como dice el dicho: “el pueblo tiene el gobierno que merece”.

 

A esta diputada deberían aplicarle una prueba antidoping, para descartar esa posibilidad, porque solo bajo los efectos de alguna sustancia pudo haber imaginado semejante barbaridad. Lo dicho rebasa los límites de la ignorancia y lo absurdo.