Las autoridades argumentan que se trata de una propiedad privada, aunque no han precisado quién es el dueño. Los habitantes afirman que, durante campañas políticas, tanto Morena con Américo Villarreal como el exgobernador Francisco García Cabeza de Vaca, les prometieron regularizar los predios, pues las casas ya estaban edificadas.
Ahora, ninguna autoridad se ha pronunciado al respecto. Las viviendas fueron derribadas con todo y muebles, además de pertenencias de las familias que se negaron a salir. Lo perdieron todo en una acción inadmisible.
Desde luego, debe respetarse la ley, pero la forma en que se llevó a cabo el desalojo —sin previo aviso y con una crueldad evidente— resulta inaceptable. Imágenes y videos muestran cómo elementos policiacos golpearon a los habitantes, lo cual de ninguna manera puede considerarse un acto jurídico justificado.
Esperamos que las autoridades aclaren los hechos y busquen alternativas para apoyar a las familias afectadas. La manera en que derribaron las casas frente a menores de edad exhibe la crueldad y la indolencia de un gobierno como el de Américo Villarreal, al que no le importa el dolor de las familias tamaulipecas. |