Ya en el presente, es claro que la Presidenta Sheinbaum se someterá a la revocación de mandato porque así está en la Constitución, pero aún no decide si buscará adelantarla un año, es decir, al 2027, haciéndola coincidir con la gran elección intermedia, o bien, efectuarla como se encuentra estipulada: en el 2028.
Y aunque la intención real de la presidenta sea la de optimizar los recursos económicos (juntando su consulta de revocación con las intermedias), después de lo intentado por AMLO puede pensarse que se trata de algo similar.
Por eso la presidenta se dará el tiempo (y así lo ha comunicado), de quitarle la aprobación “vaporizada” al tema en la cámara, someterlo a una discusión amplia y así, darse un tiempo para pensarlo, pues su gestión no tiene que parecerse a la de AMLO (ni debe serlo), aunque entre ellos exista profundo aprecio y respeto.
“No se trata de que alguien esté pidiendo una revocación de mandato, eso ya está en la Constitución. Lo que se discute es cuándo se llevaría a cabo: si en 2027 o en 2028, como ocurrió en el caso de López Obrador”, explicó en alguna de sus conferencias.
Al tema le queda cuerda, pues la presidenta pidió que se analice bastante antes de votarse en el próximo periodo legislativo.
Veremos qué ocurre, y si de verdad ocurre.
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