La exaltación ante el poder hace cometer deslices a quienes caen en la taxonomía de beneficiarios de los pocos programas sociales que aún están vigentes, y por eso seguramente esos individuos, ante la presencia del morenista más cuestionado de la actualidad, decidieron ¡echarle porras!, como si muchísima gente en el país y en las redes sociales, y hasta la Presidenta de la República, la propia Claudia Sheinbaum Pardo, no hubieran censurado las barbajanadas que dijo
el pobre tipo en contra de la viuda de Carlos Manzo, la actual alcaldesa de Uruapan, Grecia Quiroz.
Pero el sometimiento fanático no tiene ética ni moral ni parangón. Quién sabe qué pensaron esos acarreados de ayer en el Parque Juárez; ésos que oficialmente no eran acarreados. Tal vez en su mente obnubilada por los 6,200 pesos que reciben cada bimestre pensaron que tenían que justificar al pelafustán noroñesco porque ésa es la costumbre de los seguidores de la doctrina de Andrés Manuel López Obrador: estar a favor de lo que sea que provenga de la boca del Patriarca o de alguno de sus sacerdotisas y/o sacerdotisos.
¿A qué persona con un poco de inteligencia y un tanto de vergüenza se le va a ocurrir no solamente estar de acuerdo sino festinar las groserías del tal indignante senador en contra de una dama a la que le mataron a su esposo, el amor de su vida y padre de sus pequeños hijos?
¿Creerán los llamados chairos que a cambio de la limosna del morenato están obligados a entregar no solamente su voto, sino su decencia y hasta su alma?
Qué pena para los veracruzanos que haya estado ayer Gerardo Fernández Noroña en el discurso del Primer Informe de la ingeniera Rocío Nahle García.
En verdad que deslució al evento, al Gobierno y al estado.
sglevet@gmail.com |