Pareciera que uno de los emblemas de este gobierno es y será el mal manejo del dinero público, el cual gastan sin control y, en la mayoría de los casos, sin sentido. El pasado miércoles se aprobó en la Cámara de Diputados tomar 33 mil millones de pesos del Fondo de Salud para el Bienestar, antes Fondo de Protección contra Gastos Catastróficos, supuestamente para contar con recursos suficientes para la adquisición de la nueva vacuna que, por cierto, aún no existe... Cabe recordar que, de dicho Fondo, ya habían extraído otros 40 mil millones de pesos el año pasado para la creación del aún inoperante INSABI.
Tanto partidos de oposición como organizaciones civiles advierten que dicha medida es peligrosa, pues esos recursos estaban destinados para atender pacientes con cáncer y VIH, además de que se distingue una clara tendencia a atacar a este sector de la población, pues recordaron que los problemas para pacientes con dichos padecimientos iniciaron desde que se tomó la decisión de desaparecer el Seguro Popular.
Otro problema visible es que este dinero podrá ser utilizado de forma discrecional, es decir, sin transparencia; insisto, parece ser un sello de este gobierno utilizar dinero público para fines que no lo son. Esto debido a que dichos recursos serán transferidos a la Tesorería de la Federación (TESOFE), para de ahí poder ser utilizados a merced del ejecutivo federal. El proceso es tan confuso e ilógico que da un amplio margen a la especulación, pues prácticamente están quitándole dinero a un Fondo que está exclusivamente destinado para gastos en materia de salud, para transferirlos a una unidad administrativa de la Secretaria de Hacienda, para utilizarlos en temas de salud, es decir, están triangulando dinero para poder usarlo sin tener que transparentarlo.
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¿No sería más fácil reforzar los Fondos en materia de Salud? ¿No sería más eficiente detener proyectos que no urgen como Dos Bocas o el Tren Maya para usar ese dinero para afrontar los estragos de la pandemia? ¿Por qué la necesidad de utilizar dinero a través de mecanismos opacos y confusos? Porque una cosa es la palabra del presidente y otra muy distinta sus acciones.
Van 21 días de que se comprometió a entregar detalle de la nueva forma de entregar los recursos de los recientes 109 fideicomisos extintos; quienes necesitaban disponer de esos recursos dejaron de hacerlo y siguen sin saber hasta cuándo van a poder. Van 728 días que los niños con cáncer en México no pueden realizar sus quimioterapias. Van, por lo menos, 7 meses de desabasto en medicamentos para el cáncer y retrovirales... Del dicho al hecho, hay muchas muertes y personas sufriendo por la falta de congruencia, empatía y, sobre todo, de recursos…
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