La jornada electoral del 1 de junio fue histórica: por primera vez, se llevaron a cabo elecciones judiciales tanto a nivel federal como local. La ciudadanía tuvo la oportunidad de elegir a jueces, magistrados y ministros, abriendo la puerta a un Poder Judicial más representativo y cercano al pueblo.
Contrario a las acusaciones de la oposición, que calificaron este proceso como una amenaza a la democracia, la participación ciudadana demostró un compromiso con la transformación del sistema judicial.
La gobernadora Rocío Nahle García y la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo jugaron un papel crucial en garantizar un proceso electoral seguro y transparente.
Ante un contexto de violencia política, se desplegaron más de 15 mil elementos de seguridad en el estado para resguardar la jornada electoral. Este esfuerzo conjunto entre los gobiernos estatal y federal aseguró que las elecciones se desarrollaran en un ambiente de paz y legalidad.
Los resultados preliminares del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP) reflejan la voluntad popular: Morena y sus aliados obtuvieron la mayoría en municipios clave como Veracruz, Xalapa, Córdoba y Coatzacoalcos.
Estos triunfos no solo consolidan la presencia del partido en el estado, sino que también representan un rechazo a las estrategias de miedo y desinformación promovidas por la oposición.
La apuesta de la oposición por el abstencionismo y la generación de terror no solo fue ineficaz, sino que también puso en evidencia su desconexión con las necesidades y aspiraciones de la ciudadanía.
Mientras Morena avanza con un proyecto de transformación basado en la inclusión y la participación ciudadana, la oposición se aferra a tácticas que socavan los principios democráticos y muestran de cuerpo entero que sus dogmas y principios están anquilosados a una realidad que ya pasó.
En conclusión, las elecciones de 2025 en Veracruz demostraron que la ciudadanía está dispuesta a participar activamente en la construcción de un país más justo y democrático.
El fracaso de las estrategias de miedo y abstencionismo de la oposición es una lección sobre la importancia de confiar en el poder del voto y en la capacidad del pueblo para decidir su futuro, quien siga pensando que en México el pueblo es tonto, simplemente no tiene ya nada que hacer políticamente hablando.
Al tiempo.
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