El que entre más se defiende, más se entrampa en las evidencias, es el diputado federal Sergio Gutiérrez Luna. 

Sin que antes todo hubiera sido miel sobre hojuelas, Sergio Luna comenzó cuesta abajo luego del escándalo generado alrededor de Diana Karina Barreras, su esposa, quien luego de sentir que se le había aplicado la Nelson, la Wilson y el Tirabuzón, con la consabida llave de la Violencia Política en Razón de Género, se ganó el repudio popular por la sentencia que se le impuso a una particular de pedir disculpas durante un mes continuo en sus redes sociales. 

Importante destacar que no fue Diana Karina quien solicitó esa magnitud del castigo, fueron los tribunales los que se excedieron, pero aun así, ya en la cuenta de protección, Diana Karina contra las cuerdas intentó minimizar el daño pero ya estaba todo puesto para el máscara contra cabellera. 

¿Cuál fue la violencia? Adosar la trascendencia política de Diana Karina a las influencias de Sergio Gutiérrez Luna. 

En fin, en principio fue un despropósito ligar los méritos de la una al otro, ¿Pero qué cree? Lo que sí pasó es que la caída de la una, sí arrastró al otro. 

Los reflectores se fueron contra el presidente de la Mesa Directiva de San Lázaro, Sergio Gutiérrez Luna, y ex aspirante a la gubernatura de Veracruz por Morena. 

De allí en adelante todo fue en bajada. 

Bien comentaba nuestro Director General, “es de infantes exponer la vida privada en redes”. Y parafraseando, como el pez por su boca muera, fue la propia palaciega pareja la que dio la carnita suficiente que no aguantó la prueba del ácido del escrutinio público. 

Ni siquiera se necesitó al extinto INAI, ni el IVAI, ni una investigación periodística de gran calado. Bastó con contrastar lo publicado por Sergio y Diana, para darse cuenta que el ajuar, los viajes, el esparcimiento, no concuerda con los ingresos de un par de franciscanos diputados federales. 

Lo último ha sido la explicación no pedida que indica la culpabilidad manifiesta, por su asistencia a la fiesta de la Fórmula 1 el año pasado por una cortesía de Club 51, un espacio exclusivo para empresarios de alto perfil. 

Fue el propio Club 51 el que quiso minimizar el daño y mediante una publicación ya borrada en sus redes sociales explicó que “ofrecimos dos cortesías al Diputado Sergio Gutiérrez Luna, entre otros”. El problema es que cada boletito cuesta la friolera cantidad de unos 170 mil pesitos, y aunque se hable de una cortesía, la Ley lo prohibe por el monto y generar conflictos de interés. 

Entre todo esto que podría ser cosmético, hay que ubicar la relación de Sergio Gutiérrez Luna y Adán Augusto López Hernández, quienes son del mismo equipo y a quienes parece que no los soltarán hasta que les cuenten tres en el toque de espaldas en el cuadrilátero. 

Todo esto es parte de la guerra interna entre Morenistas, pero Sergio Gutiérrez Luna se las ha puesto fácil. 

Adán Augusto está contra las cuerdas y a Sergio Gutiérrez Luna le están aplicando la Huracarrana en este Pancracio llamado Política Mexicana en los tiempos de la 4T. 

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