El único sector renuente a integrarse a la nómina única gubernamental (propuesta por la Gobernadora Rocío Nahle) es el magisterial… y no es el grueso de los maestros, sino los líderes sindicales y aquellos poderosos que cuentan (de alguna manera u otra), con dobles o hasta triples plazas.
Y es que al homologarse los pagos a través de una sola institución bancaria, aquellos que tienen más de una plaza (asunto que sobradamente no es correcto), no podrían continuar con ellas, pues además de verse evidenciados, no sería factible contar con más de una cuenta de nómina en un mismo banco.
Además, se presume que los entes bancarios que perderían las nóminas gubernamentales estarían beneficiando, de manera externa y personal, a algunos líderes magisteriales que, por supuesto, no están dispuestos a perder dichos privilegios.
En más de una ocasión los líderes magisteriales han sido citados para tener, de primera mano, una explicación sobre las bondades de integrarlos a una nómina única, donde claramente no se afecta ninguno de sus derechos, y aún así, deciden oponerse de facto, situación que evidenciaría otras intenciones.
De ser así, los líderes magisteriales (y personalidades poderosas de la estructura), pondrían sus intereses por encima del bien común, pues ninguno estaría dispuesto a dejar de percibir lo equivalente a dos o tres plazas.
El asunto de la nómina única gubernamental habrá de concretarse, tarde o temprano, a pesar de la negativa de aquellos que llevan años cobrando (por esquemas de plazas múltiples), hasta más de 100 mil pesos mensuales.
Veremos qué ocurre, y si de verdad ocurre.
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