Apuntes.
Manuel Rosete Chávez.
 

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¿Cómo era el día del gobernador?
2025-12-03

“Fernández Mugroña es un cobarde


y corrupto, yo por eso lo madrié”


Alito Moreno


Tengo la certeza que el formato del informe de gobierno se cambió el primer año de la administración del gobernador Patricio Chirinos Calero. Y fue por dos razones: el respetable señor tenía dificultades para expresarse de corrido, algún problema orgánico se lo impedía, y la segunda por austeridad auténtica, don Patricio es el político más austero que conocí a lo largo de mi trabajo como periodista. Desde entonces, noviembre de 1993,  el gobernador o su Secretario entregan el documento que contiene el estado que guardan las finanzas públicas resultado de un año de trabajo, al presidente del Congreso y, los funcionarios titulares de cada secretaría de despacho y los órganos autónomos, comparecen ante el Congreso para explicar lo que hicieron en cada una de las áreas de la función pública bajo su responsabilidad.


Pero en estos días se me han acercado para preguntarme ¿cómo era antes, cuando no había este formato, cuando al día del informe se le llamaba “El día del gobernador”?


Bueno a grandes razgos les platico lo que recuerdo: por la mañana, el mandatario salía de la Casa Veracruz –o de donde residiera en ese momento- para trasladarse al Teatro del Estado, por única ocasión, habilitado como sede de la Cámara de Diputados para la celebración de la sesión solemne.


En aquél tiempo, el palacio legislativo se encontraba dentro del propio Palacio de Gobierno y años después, tras el gobierno de Dante Delgado, al palacio Legislativo de la avenida Encanto. Pero por único día, el Teatro del Estado era el centro del poder político.


La llegada del Gobernador al Teatro del Estado era apoteósica. Desde muy temprano, decenas de contingentes impedían el acceso al recinto, atiborrado de mantas de apoyo. El ruido de la música y los tambores se confundía entre miles de voces que vitoreaban al mandatario.


En medio de una lluvia de papeles tricolores, era recibido por una comisión que le daba la bienvenida al pie del automóvil y otra que lo introducía al recinto hasta conducirlo hasta la tribuna del pleno. Integrantes del gabinete, diputados locales y federales, los líderes sindicales y de los sectores del PRI -no había otro partido en aquellos años – ocupaban los lugares de privilegio al lado de presidentes municipales, líderes empresariales e invitados especiales.


La presencia del representante del Presidente significaba la cercanía entre ambos. Un representante de poca monta, un miembro del gabinete de bajo perfil no era buena señal. La asistencia de un secretario de Gobernación o de Hacienda, mostraban el músculo del gobernador en turno, así como el número de gobernadores que lo acompañaban.


El gobernador iniciaba su mensaje. Todo mundo a la expectativa, en espera del momento, para propiciar el primero de una larguísima cadena de aplausos; muchos de ellos, puestos de pie y en ocasiones hasta con dos minutos de duración.


Algunos de los informes, sin incluir la respuesta a cargo del presidente de la cámara de diputados, llegaron a tener una duración de hasta 3 horas. En ese lapso, el Gobernador daba a conocer los logros, reales o imaginarios de su administración, invariablemente bajo una perspectiva prometedora para el futuro. ¡Vamos bien y viene lo mejor!, como diría Fidel Herrera Beltrán.


Concluía el acto oficial y el mandatario estatal abandonaba el Teatro para subirse a un carro oficial descubierto –tal y como lo hacía el presidente- e iniciar una multitudinaria marcha, acompañado del Presidente de la Cámara de Diputados y el Presidente del Tribunal Superior de Justicia.


A pie, lo seguían prácticamente todos los asistentes al recinto. Recorrían lentamente la avenida Ávila Camacho hasta llegar a la calle de Enríquez y dirigirse hacia el palacio de Gobierno, donde el salón Juárez estaba dispuesto para recibir a miles de invitados ansiosos de saludar al mandatario.


Durante la marcha, el gobernador escuchaba con éxtasis las aclamaciones de centenas de miles de ciudadanos que lo esperaban a lo largo de la rúa, en tanto se intensificaba la lluvia de papel tricolor.


Ya en Palacio de Gobierno, acompañado del representante presidencial, el mandatario se colocaba, erguido en la cabecera del salón Benito Juárez, para recibir el saludo de su gabinete, de funcionarios federales, presidentes municipales, senadores y diputados federales, dirigentes partidistas –incluida la oposición- líderes sindicales y empresariales y las personalidades más emblemáticas de la política estatal, lo que la historia registra como el famoso “besamanos”.


Todo concluía con opulentas comidas lo mismo en Casa Veracruz que en ranchos y los mejores restaurantes de la ciudad. Así era, por aquellos tiempos, el día del Gobernador.


A lo largo del día y al día siguiente, la televisión estatal y las principales cadenas de radio y televisión repetían una y otra vez la misma información, al tiempo que retransmitían los puntos más destacados del evento, en una rutina a extenderse por casi todo el mes de noviembre.


El informe, por supuesto, era la nota principal de todos los diarios del estado y el seguimiento se prolongaba por semanas, como un ritual sencillamente irrenunciable. Tal y como lo es ahora.


Cambiaron las formas, pero no el fondo. El culto a la personalidad del gobernante sigue intacto.


Manuel Huerta exige a la gobernadora aclarar lo del pago de la deuda


El senador Manuel Huerta Ladrón de Guevara pidió a la gobernadora Rocío Nahle García esclarecer el monto real de la deuda pública heredada por las administraciones estatales anteriores, pues los números siguen mostrando inconsistencias.


En conferencia de prensa, en la que dio a conocer que en los próximos días se podría votar por Ernestina Godoy para ocupar la titularidad de la Fiscalía General de la República, destacó la importancia de que con el primer informe de gobierno de la mandataria estatal, representa una oportunidad para aclarar esta situación.


Y abundó: “Entre lo que informó Cuitláhuac (García) de la deuda que había y lo que se dijo, es una oportunidad para que se aclaren las cuentas, por lo que deben revisarse la deuda desde administraciones anteriores. El análisis debe ir más allá de la administración pasada y abarcar periodos como los de Javier Duarte, Fidel Herrera, Miguel Alemán y Miguel Ángel Yunes Linares”, recalcó.


Recordó que, junto al fallecido diputado Fidel Robles Guadarrama, estimaban que el saqueo durante el gobierno de Duarte superaba los 80 mil millones de pesos e indicó que aún persisten “cuentas pendientes” señaladas recientemente por el Órgano de Fiscalización Superior (ORFIS).


El legislador federal advirtió sobre diferencias en los montos difundidos por la administración de Cuitláhuac García Jiménez y los presentados por la gobernadora Nahle. “Se hablaba de 61 mil millones y ayer se dijo 109 (mil millones). Aunque Rocío precisó que pagó deudas del SAT y del ISSSTE a la mitad, se tiene que profundizar… que no vaya a ocurrir que a ‘Chuchita’ la bolsearon”, advirtió.


Y de manera enfática, subrayó: “La revisión debe incluir no solo obras emblemáticas heredadas, como el Nido del Halcón o el Estadio Luis “Pirata” Fuentes, sino “cantidades estratégicas” cuyo origen y destino deben transparentarse. “Es una oportunidad para que todos revisemos bien las cuentas”. En este sentido el Senador coincide con lo que en esta espacio hemos comentado: que la gobernadora aclare eso de que había pagado la deuda de más de ciento veinte mil millones de pesos… Como por arte de magia no puede ser.


REFLEXIÓN


El poblano titular de la Secretaría de Finanzas y Planeación del Gobierno del Estado, ha puesto a circular una disposición para que todos los empleados de esa dependencia se preparen y asistan a la megaposada que organizan, la cual tendrá lugar en el Velódromo con la actuación de dos importantes orquestas traídas de la ciudad de México. ¿Y la lana para los veracruzanos del norte del estado, damnificados por las fuertes lluvias, a los que no han atendido?...  Escríbanos a mrossete@yahoo.com.mx | formatosiete@gmail.com.

 
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