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Apenas un par de días antes de que se celebrara la elección municipal, el 30 de mayo, el periodista Pablo Ferri, colaborador de la edición para México del periódico El País, pintaba un panorama muy alentador para Morena.
“En Veracruz, entidad que gobierna (Morena), la duda es si arrasará o topará con la resistencia del PAN en sus feudos, ninguna tan importante como Boca del Río, vieja fortaleza de la familia Yunes, clan decolorado hace unos meses, cuando el patriarca, Miguel Ángel Yunes Linares, ordenó apoyar la reforma al Poder Judicial en el Congreso, cediendo ante Morena”, anticipaba el periodista.
Y explicaba de alguna manera la razón de sus predicciones:
“Uno de los estados más poblados de México, Veracruz ilustra el avance de Morena estos años. Después de décadas de gobiernos priistas, caso del recientemente fallecido Fidel Herrera, o del delincuente confeso Javier Duarte, condenado por asociación delictuosa y lavado de dinero, el PAN se hizo con el poder brevemente, de la mano del defenestrado Miguel Ángel Yunes. Pero en 2018, apoyado en el empuje de su candidato a la presidencia, Andrés Manuel López Obrador, Morena arrasó con todo, victoria que refrendó en 2024, con Rocío Nahle”.
Y para rematar, el artículo menciona el panorama político que se presenta en la víspera de la jornada electoral:
“Morena y sus aliados, el Partido Verde y el Partido del Trabajo, controlan 171 municipios de 251 de Veracruz y Durango, 153 de los 212 del primero, y 18 de 39 en la entidad norteña. El domingo, la cuenta podría ser mayor. El triunfalismo alimenta al partido guinda, el miedo a la derrota de sus feudos paraliza a la oposición. Los votantes tienen la palabra. El resultado se verá el domingo”.
Como ya se vio, la oposición no estuvo tan “paralizada” y más bien fueron los grupos identificados con el color guinda, los que lucieron pasmados todo el domingo.
La violencia poselectoral (incendios de urnas, amenazas a candidatos y sus partidarios) ya no podrán componer lo que el partido en el gobierno perdió en la jornada electoral.
Los responsables no están en Veracruz, sino en la Ciudad de México, pensando a quién habrán de “cargarle el muertito” para mantener la narrativa de que “Morena es el pueblo”.
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Epílogo.
Alejandro Moreno volvió a Veracruz. El dirigente nacional del PRI afirmó que esa organización política “cumplió, está fuerte, con ánimos y logró refrendar el apoyo del electorado al obtener el triunfo en 24 alcaldías”. *** Dijo que Morena quiso imponer el discurso de que eran invencibles, sin embargo, en las urnas se demostró que su votación tuvo un retroceso del cual serían responsables Luisa María Alcalde y Andrés Manuel López Beltrán. *** “Lo que hay que decirle a Morena es que no se enojen con nosotros, que se enojen con su dirigencia, con Luisa Alcalde, con Andy. Aquí el PRI tuvo un gran resultado, se acabó el mito”. *** En los circos, los acróbatas saltan de un columpio a otro poniendo en riesgo su vida. Para colocar sus manos en el segundo columpio, antes soltaron el primero. En la política la acrobacia no implica esos riesgos. Acá sólo sueltas el primer columpio hasta que ya tienes asegurado el segundo. *** La próxima semana siete diputados habrán de retornar a sus curules en el Congreso local. A pesar de que apenas habían cumplido seis meses en el cargo, pidieron licencia temporal para competir por algún ayuntamiento. Como fueron derrotados, retomarán sus posiciones en la Legislatura. *** Es el caso de Igor Rojí (Verde) que perdió en Orizaba; Alejandro Porras Marín (Morena) fue derrotado en Huatusco; Janeth Adanely Rodríguez (Morena) cayó en Poza Rica; Berta Ahued (Morena) perdió en Boca del Río; Indira Rosales (PAN) fue derrotada en el puerto de Veracruz; María Elena Córdova (MC) perdió en Alto Lucero, y Janix Liliana Castro (PT) perdió en Santiago Tuxtla.
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