Hace ya dos años que en este mismo espacio se advirtió de la irregular actuación de David Cardeña Ortega, quien fungía como secretario particular de la magistrada presidente del Tribunal Superior de Justicia (TSJ), en aquel entonces la magistrada Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre.
Era septiembre del 2023 y estaba muy reciente la persecución política y judicial contra la jueza de control Angélica Sánchez.
En aquella ocasión se escribió en este mismo espacio: “… los jueces no atienden a instrucciones directas del gobernador. Es más: ni siquiera son órdenes que emita la propia magistrada presidente. Para eso Aurelia Jiménez ocupa a sus dos colaboradores más cercanos: David Cardeña Ortega, su secretario particular, y Víctor Priego López, secretario de Acuerdos del Consejo de la Judicatura, el mismo que ‘le puso un cuatro’ a la jueza Angélica Sánchez, al citarla en su oficina para que pudiera ser detenida por elementos de la policía estatal”.
Pero no fue la única vez.
En mayo del 2024, a propósito de un escándalo provocado por el juez de control Mario Armando Aran López en Tuxpan, que fue “archivado” por las autoridades del TSJ.
En esa ocasión se apuntó aquí: “El tema pudo quedar en las páginas de escándalos de la sociedad tuxpeña, pero en todas las crónicas que se manejaron sobre ese hecho se puso especial énfasis en la ‘cercanísima’ relación del juez de marras con las más altas esferas del Poder Judicial del Estado (PJE). No sólo -dicen- es protegido de la magistrada presidente Lisbeth Aurelia Jiménez Aguirre, sino que goza de la amistad (hay quienes sugieren que complicidad) del secretario particular de esa funcionaria, David Cardeña Ortega, y del secretario de acuerdos del Consejo de la Judicatura estatal, Víctor Priego López”.
Dos meses después, el julio del año pasado, a propósito de las versiones que hablaban del probable arribo de Lisbeth Aurelia a la Fiscalía General del Estado (FGE), acá se hizo un recuento de las complicaciones que generaría una decisión de ese tamaño: “… suena complicado que la gobernadora se incline por la actual magistrada presidente del Tribunal Superior de Justicia, Lisbeth Aurelia Jiménez (para la Fiscalía) toda vez que cualquier revisión a sus antecedentes -y los de sus más cercanos colaboradores, como es el caso de David Cardeña- le generaría los conflictos que hoy vive Adán Augusto López y que ella quiere evitar. Hay denuncias penales en contra de su secretario particular, David Cardeña, por su irregular desempeño cuando estuvo, precisamente, en la Fiscalía Antisecuestros, y hay testimonios documentados de la presión que ejerce desde su oficina a los jueces para que apliquen a partir de las consignas de la magistrada presidente”.
A pesar de esas y muchas otras advertencias, Lisbeth Aurelia Jiménez sostuvo junto a ella a David Cardeña, y ahora que la magistrada retornó a la Sala Penal, pretende incrustarlo en la estructura administrativa del Poder Judicial del Estado, al parecer en la Dirección Jurídica.
Valga advertir que está por darse a conocer una nueva denuncia penal en contra de quien fuera su secretario particular, con la que ya serían al menos cuatro las carpetas que se inicien en su contra.
El halo protector de su amiga, la magistrada Jiménez Aguirre ya no cubre como lo hacía antes. Alguien ya se encargó de desempolvar esos expedientes.
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Epílogo.
Honor a quien honor merece. Este jueves el Pleno del Congreso local decidió que sea la maestra Gloria Sánchez Hernández la que reciba la medalla “Heberto Castillo”. *** La Comisión de Ciencia y Tecnología presentó a una terna para que los 50 legisladores locales emitieran su voto y eligieran a quien consideraran la mejor propuesta para hacer ese reconocimiento y ese mérito correspondió a la maestra Gloria Sánchez, una reconocida luchadora social quien -además- caminó al lado del ingeniero Heberto Castillo en muchas de sus causas. Bien.
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