Un millón y medio de veracruzanos nativos y avecindados quisieron probar que se siente ser gobernados por un muchachón, cuyo mérito y experiencia es ser amigo del presidente de la república, no le buscaron diente al caballo regalado, a ojos cerrados lo eligieron sin importarles lo que un número significante les advertía, de considerar mejor propuesta con experiencia para no arriesgar, sin embargo a oídos sordos se volcaron como nunca a las urnas para decidir por alguien con nula experiencia en la administración pública.

Hoy muchos de los responsables de tan grave error no dan la cara, se sienten avergonzados y defraudados al ver a Veracruz sumido en la incertidumbre pero de pie, luchando con o sin razón por sí mismo, por no encontrar apoyo gubernamental, al contrario, se miran indefensos, impotentes de lo que pasa a los veracruzanos, algunos imploran al cielo esperando respuesta divina, otros se arman de valor y salen a desafiar a quien les pretende perjudicar en sus bienes o familias.

No creen en las instituciones, han buscado al titular del poder ejecutivo pero lo han encontrado confundido, ante tanto problema que atender sin atinar encontrar la solución, es obvio, alguien que no tiene experiencia en tan noble oficio donde se debe tener temple y corazón sensible a la vez, no le es fácil ejercer autoridad, para ello se requiere otra cosita y algo más, no solo es imitar,  mimetizarse o evadir la problemática.

Cuando acuden al poder judicial y les planteas un problema te regresan diez, así no se puede, es necesario dar respuesta inmediata, establecer un estado de derecho donde se fomente la convivencia social, no la apología para crear mayor delincuencia, con todo ello encontramos a un estado de pie, aprovechando las oportunidades de progreso, produciendo poco o mucho según les sea permitido, tanto por el gobernante como por los malandrines que están a la espera de quien logra algo para enseguida despojarlo.

Es mala comparación, pero dicho por la prensa y respaldado por la vox populli actualmente es como si estuviera gobernando Xavier Duarte de Ochoa, político chavalo también que solo obedecía ordenes de su anteceso,r el perverso Fidel Herrera Beltrán al principio, ya después se la creyó e inicio una anarquía de sálvese el que pueda y de puto el que no robe, dejando las arcas estatales vacías, con deudas hasta para los pensionados indefensos sin recibir recursos para el sustento personal.

Si las cosas siguen así, no solo se vengaran los veracruzanos en la urna, sino que pronto empezaremos a ver brotes de inconformidad mayores, donde el gobernante tendrá que tomar decisiones sea con el garrote o de resultados inmediatos, está visto que los jarochos son de armas tomar, ejemplos muchos, son capaces de irse al extremo con tal de ser escuchados. ¿Qué  no?

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